Sin unas políticas ambientales mucho más firmes, las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán aumentando más allá de 2025, lo que puede llevar a un calentamiento global de hasta 3,2 grados hacia 2100, a pesar de que el objetivo es no superar los 1,5 grados, advierte un nuevo informe de la ONU.
Las emisiones netas globales deben bajar un 43 % en 2030, con respecto a las de 2019, y un 84 % en 2050 con el fin de cumplir con el objetivo de 1,5 grados, e incluso en caso de que esto se logre es probable que la temperatura exceda ese límite de manera temporal para luego empezar a descender, indica el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).