Es casi una leyenda. Salvo escasa información que se perdió con el tiempo y algunas imágenes que adornan los recopilatorios de proyectos antiguos de la NASA.
El 20 de julio de 1969 el hombre alcanzó uno de sus máximos sueños: el comandante Neil Armstrong y su tripulación llegaron a suelo lunar en un evento que dio la vuelta al mundo.
Tan sólo unos meses después del primer alunizaje, la NASA reveló un extraño vehículo eléctrico del que actualmente se tiene poca información.
Su nombre, nada amigable: Garret-Airesearch Electric Hybrid Vehicle. Un proyecto que aunque nunca buscó competir con las grandes automotrices, demostró que la NASA también puede fabricar coches. Después de cohetes, satélites y transbordadores, nada imposible para ellos.
El prototipo fue diseñado en conjunto con la empresa Garret-Airesearch una empresa que se dedica a la fabricación de piezas mecánicas y motores.
Habrás notado que le llamamos eléctrico pese a que su nombre involucra la palabra “híbrido”, sin embargo, todo tiene una explicación que no es lo mismo que un error de dedo de quien escribe esto: este coche no contaba con un motor de combustión interna para funcionar.
Lo “híbrido” lo obtenía de mezclar dos tipos de sistemas para almacenar energía. Por un lado un conjunto de baterías convencionales de ácido –contaminantes y de poca duración, muy populares en la época- y por otro un sistema de almacenamiento de energía rotativa. Algo así como un dínamo.
Del dibujo que proyectó la NASA, se construyó un modelo en físico con ayuda en conjunto de General Electric y Chrysler. El prototipo final modificó un poco la parrilla frontal aunque conservó la tecnología propuesta al inicio.
De las prestaciones se sabe poco también: tenemos una aceleración de 0 a 100 km/h en 10 segundos, algo corto para los estándares de la actualidad, pero en la época con un coche que prácticamente funcionaba con pilas AAA debió ser algo maravilloso.
De este modelo incluso encontré un video para verlo en acción. Aunque la resolución es mediocre, nos hace pensar en un pasado distópico en el que en los ochenta los coches eléctricos fuesen vehículos de uso común en las calles.
¿Dónde se encuentra el Chrysler-NASA eléctrico fabricado?, no lo sabemos, pero en definitiva es una curiosidad destacable en la historia de los autos.
