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Da China incentivos a Apple por planta

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Funcionarios de Gobierno, con uniformes impecablemente planchados, corren de un lado a otro en un laberinto de contenedores de mercancía pesando, escaneando y aprobando envíos.

Hileras de camiones que se extienden por algunos kilómetros esperan al próximo carguero que los llevará a Beijing, Nueva York, Londres y decenas de otros destinos.

Se trata de un vasto y acaudalado centro aduanero en el corazón de China, construida hace varios años para servir a un único exportador mundial: Apple, la ahora empresa más valiosa del mundo y una de las principales minoristas de China.

Pero detrás de las operaciones cotidianas en el centro aduanero se esconde un entramado de beneficios, subsidios fiscales y otras ayudas que ha aportado el Gobierno chino a la fábrica de iPhone más grande del mundo, que se encuentra en esa ciudad.

De acuerdo con una investigación de The New York Times, el Gobierno local de Zhengzhou, una ciudad empobrecida de seis millones de habitantes, repartió más de mil 500 millones de dólares a Foxconn, socia de fabricación de Apple, para construir grandes secciones de la fábrica y viviendas cercanas para los empleados.

También pavimentó caminos y construyó plantas eléctricas, ayudó con el costo de la energía y transporte para la operación, recrutó a los trabajadores y hasta pagó bonos para cumplir con los objetivos de exportación.

La planta de Zhengzhou puede producir unos 500 mil iPhones al día, y es conocida como «Ciudad del iPhone».

«Necesitábamos algo que pudiera realmente desarrollar esta parte del país», contó al Times Li Ziqiang, un funcionario de Zhengzhou.

«Hay un viejo refrán en China. ‘Si construyes el nido, vendrán los pájaros, y, ahora, ellos vienen», añadió.

Las autoridades estadounidenses han denunciado desde hace tiempo el apoyo de China a sus empresas estatales, al calificar los subsidios y otras ayudas que da de una ventaja injusta en la competencia que se produce en el mercado global.

Sin embargo, el caso de Zhengzhou muestra el alcance de los esfuerzos de China para atraer a multinacionales extranjeras para que establezcan fábricas en el país.

Durante décadas, Beijing ha alentado tales esfuerzos a nivel nacional, desarrollando así zonas económicas especiales que ofrecen reducciones de impuestos a las multinacionales y las eximen de reglas costas y engorrosas.

Por el contrario, les ofrecen paquetes de incentivos que les facilitan y hacen más barato hacer negocios.

Lo anterior, no obstante, no es diferente a lo que hacen otros países, incluyendo a Estados Unidos, donde los estados y ciudades compiten por las empresas.

Las multinacionales, presionadas por accionistas y clientes, deben buscar las mejores oportunidades, pues, en un mundo globalizado, cada vez dependen más de una cadena de suministros altamente interconectada y extendida por todo el mundo.

Pero las razones por las que se decantan por una y otra opción no siempre son transparentes.

En China, la competencia por las empresas es secreta y rara vez expuesta al escrutinio público o el debate público, y a menudo se centra en los socios de fabricación, en lugar de a las propias multinacionales.

Aunque Apple llegó a China más tarde que muchas empresas de tecnología, ahora genera casi una cuarta parte de sus ingresos con las ventas en China, y tiene algunos de los márgenes de ganancia más gordos del negocio.

La operación de Zhengzhou es ilustrativa de la importancia de China para las empresas de tecnología estadounidenses, específicamente para la producción de iPhone y, más recientemente, las ventas de Apple.

Un iPhone de 32 gigabytes cuesta unos 400 dólares en su producción. En Estados Unidos, se vende por aproximadamente unos 649 dólares, la diferencia la toma Apple.

Como resultado, Apple logra obtener el 90 por ciento de los beneficios en la industria de los teléfonos inteligentes en todo el mundo, a pesar de que sólo vende el 12 por ciento de estos teléfonos, de acuerdo con la firma de investigación Strategy Analytics.

En el caso de la operación de Zhengzhou, es difícil calcular el valor total de los beneficios del Gobierno, o determinar el efecto exacto de esas ayudas en las ganancias de Foxconn o Apple. Los subsidios no están disponibles en los registros públicos, y Apple afirma que no fue parte de las negociaciones con Foxconn.

Sin embargo, registros confidenciales del Gobierno obtenidos por el Times dan una instantánea de eses beneficios.

Foxconn, una compañía taiwanesa, es el mayor proveedor de Apple, y Apple es el cliente más grande de Foxconn.

En China, las dos compañías están entrelazadas.

Cuando la fábrica abrió, Apple era su único cliente, e incluso ahora la empresa estadounidense es responsable de casi toda la producción en la planta de Zhengzhou, donde se fabrica casi la mitad de los iPhones del mundo.

Apple es también el principal exportador que utiliza el servicio aduanero de la zona.

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