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La ola de frío aumenta los riesgos para los niños refugiados y migrantes

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La ola de frío que sufre Europa desde la semana pasada está afectando especialmente a los refugiados y migrantes, miles de ellos atrapados en albergues no acondicionados para afrontar estas condiciones meteorológicas. Las bajas temperaturas han aumentado el riesgo de gripe e infecciones respiratorias graves, sobre todo entre los menores de cinco años, y han reducido la disponibilidad de agua segura para beber y lavarse. Estas condiciones pueden derivar en un aumento en las muertes de recién nacidos en hospitales, ya que los sistemas locales de salud sufren interrupciones a consecuencia del frío.

Además de hacer un seguimiento continuo de la situación, UNICEF está distribuyendo ropa de invierno para las niñas y los niños afectados, y está preparado para aumentar la respuesta humanitaria en coordinación con las autoridades locales y otras agencias. En Croacia, Serbia, Eslovenia o la antigua República Yugoslava de Macedonia, los puntos de apoyo a las familias, los espacios amigos de la infancia, las madres y sus bebés, están acondicionados para el frío y, de las tiendas de campaña iniciales, miles de personas han sido trasladadas a infraestructuras permanentes o más resistentes.

Durante el mes de diciembre, 259 niños recibieron suministros básicos para protegerse del frío en Serbia. A finales de diciembre, cerca de 600 niños de 0 a 14 en Bulgaria recibieron botas, gorros, guantes, bufandas y chamarras. En la antigua República Yugoslava de Macedonia, UNICEF ha proporcionado también mantas para bebés, ropa interior térmica y abrigo, y están previstas más distribuciones.

Sin embargo, aún se necesitan más esfuerzos para garantizar que los niños permanezcan en lugares seguros y calientes. UNICEF reitera que el cierre de las fronteras expone a las niñas y a los niños atrapados a más riesgos, y pide el traslado de aquellos refugiados y migrantes que permanecen en las islas griegas, en donde la situación es especialmente preocupante porque los campos están masificados, y porque no están acondicionados para afrontar este clima adverso.

Además del frío, UNICEF muestra una especial preocupación por las niñas y los niños que llegan sin la compañía de un adulto o separados de sus familias. Unos 25,800 niños no acompañados o separados llegaron a Italia por mar en 2016, es decir, más del doble de los 12,360 que llegaron el año anterior. Los niños y niñas que llegan en estas circunstancias, representan el 91% del total de 28,200 que llegaron a las costas de Italia en 2016 en condición de refugiados o migrantes.

«Estas cifras indican una tendencia alarmante de aumento en el número de niños en condiciones altamente vulnerables que arriesgan sus vidas para llegar a Europa», dijo Lucio Melandri, jefe de Emergencias de UNICEF. «Los sistemas actuales no están protegiendo a estos niños que se encuentran solos en un ambiente totalmente desconocido. Precisamente porque están en movimiento, es necesaria una respuesta europea coordinada para mantenerlos a salvo».

La mayoría de las niñas y los niños no acompañados o separados que llegaron el año pasado provenían de sólo cuatro países: Eritrea, Egipto, Gambia y Nigeria. Si bien la mayoría tenía entre 15 y 17 años, también había niños más pequeños y niñas. Las niñas, en particular, corren el riesgo de ser víctimas de explotación y abusos sexuales, incluida la explotación sexual comercial por bandas criminales. Varias niñas entrevistadas por el personal de UNICEF a principios de este año en Palermo contaron que habían sido forzadas a ejercer la prostitución en Libia como un medio para «pagar» el coste del viaje en barco por el Mediterráneo. Además, muchos de los chicos que llegan a Libia han sido forzados a trabajar.

La ruta del Mediterráneo Central desde el norte de África a Italia es preocupante debido a la alta proporción de niños no acompañados y separados que llegan entre los refugiados y migrantes. En comparación, sólo el 17% de los niños que llegaron a Grecia por mar en 2016, no estaban acompañados por familiares adultos o tutores.

«La presencia de tantas niñas y niños no acompañados o separados a lo largo de la ruta del Mediterráneo Central no tiene precedentes», dijo Melandri. «Y es obvio que tenemos un problema serio y creciente en nuestras manos. Aparte de abordar los factores que están forzando a los niños a partir solos de sus hogares, es necesario desarrollar un sistema integral y darle seguimiento para protegerlos».

UNICEF sigue abogando por seis medidas específicas de atención para los niños desplazados, refugiados y migrantes:

Proteger a los niños refugiados y migrantes, en particular a los niños no acompañados o separados, de la explotación y la violencia.
Poner fin a la detención de niños que están solicitando el estatus de refugiados o que están migrando, mediante la introducción de una serie de alternativas prácticas.
Mantener a las familias unidas como la mejor manera de proteger a los niños y darles un estatus legal.
Fomentar el acceso a la educación de todos los niños refugiados y migrantes, y darles acceso a la salud y a otros servicios de calidad.
Presionar para que se actúe sobre las causas subyacentes de los movimientos a gran escala de refugiados y migrantes.
Promover medidas para combatir la xenofobia, la discriminación y la marginación.

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