En 2016, los bancos en México se quedaron con 4,303 millones de pesos de sus clientes ‘por error’, de acuerdo con la Condusef. En teoría, ese dinero era de clientes que no reconocieron o reclamaron por movimientos equivocados en sus cuentas, a la hora de hacer operaciones en cajeros automáticos, sucursales, terminales, banca remota y corresponsales.
Comisiones no reconocidas, domiciliaciones mal aplicadas y ATMs que no dieron el dinero solicitado fueron las quejas más comunes.
Una palabra para describir el sentimiento de no recuperar tu dinero porque el banco, la tienda o el vendedor se equivocó es frustración. Prácticamente es igual a la reacción después de un asalto. Y es que el resultado es el mismo: trabajaste por ello y alguien más te lo quitó solo porque sí.
Lo que sigue, además, es que te quiten el tiempo, que también duele. En un asalto, por el trámite de la denuncia, y en un banco, por el trámite de la queja.
Hasta aquí estoy contigo.
Sin embargo, el dinero que ganan los bancos por comisiones es muchísimo mayor, y esto, es en gran parte nuestra culpa. En otras palabras, es nuestro regalo para ellos.
En 2015, las entidades financieras del país se embolsaron 99,703 millones de pesos en comisiones. La responsabilidad en este caso está partida en dos: entre las autoridades que deben buscar la forma de rebajarlas y entre los clientes que deben decir NO a pagar las comisiones que pueden evitar o bien, elegir los bancos que cobren las más bajas.
Esto quiere decir que como consumidor debes hacer la tarea: comparar y caminar al cajero de tu banco. Es tedioso, pero es tu único poder como cliente.
Invierte tu tiempo en revisar quién te cobra menos y te da mejor servicio, en buscar la tarjeta de débito y de crédito que te cueste menos, en hacer cuentas para ver si puedes pagar antes de que te cobren intereses, en elegir el seguro que te dé la mejor cobertura a un precio justo; no regales el dinero a los bancos que por error suyo y por flojera de sus clientes se quedan con miles de millones.
FUENTE: FORBES
