El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió este viernes una “política de gran asociación” con Israel bajo su mandato, que inicia el 1 de enero, mientras el nuevo jefe de Estado ultima los detalles para asumir el poder en el gigante sudamericano.
“Lo que acordemos será muy bueno para nosotros, brasileños, y para los israelíes”, dijo Bolsonaro en Río de Janeiro, acompañado del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
En la primera visita de un primer ministro israelí a un presidente electo en la historia de Brasil, Bolsonaro anunció una visita en marzo al país de Oriente Medio, para negociar acuerdos en varias áreas, y podría acometer el polémico traslado de la embajada brasileña de Tel-Aviv a Israel.
“Entedemos que nuestra cooperación mutua puede dar enormes beneficios en áreas como la economía, seguridad, agropecuaria, recursos hídricos”, dijo por su parte Netanyahu, que participará de la toma de posesión del cargo de Bolsonaro el próximo martes.
Bolsonaro quiere acercar su Ejecutivo al de Estados Unidos y ya indicó que seguiría algunas de las controvertidas políticas de Donald Trump, como la transferencia de Tel Aviv a Jerusalén de la embajada brasileña en Israel, así como la reducción de la lucha contra el cambio climático.
Durante la campaña y tras ser electo , Bolsonaro dijo que cumpliría su promesa de mover la embajada, en un giro diplomático de Brasil que podría provocar represalias económicas de naciones árabes que le compran miles de millones de dólares de productos alimenticios, en especial carne de pollo.
Expertos y analistas internacionales también advierten que la decisión podría provocar que Brasil se convirtiera en un potencial objetivo del terrorismo yihaidista.
La mayoría de la comunidad internacional no reconoce la reivindicación de Israel de que Jerusalén sea su capital indivisible, ya que los palestinos reivindican Jerusalén oriental como capital de su futuro estado.
Brasil es el mayor productor y exportador mundial de carne halal, por delante de Estados Unidos, y exporta a 57 países islámicos, 22 de ellos árabes, más de dos millones de toneladas de carne por año.
