Inicio ECONOMÍA Blim, ¿un dolor de cabeza para Netflix?

Blim, ¿un dolor de cabeza para Netflix?

372
0

Muchos se rieron cuando este año Televisa decidió lanzar blim, su plataforma OTT; los memes y comentarios comparándolo con Netflix inundaron las redes sociales, pero lo que nadie imaginó es que con el troleo la pusieron en los ojos de todos.

En menos de 10 meses, Blim ya supera a su competidor más cercano con el 17.5 por ciento del mercado; dejó atrás a Claro Video (que opera desde el 2012) quien tiene 9.3% y no sólo a ellos, también a otras plataformas.

Blim de Televisa sólo está detrás de la transnacional Netflix (que llegó a México desde el 2011) y que posee 70.1% del mercado.

Esto, según datos de la empresa The Competitive Intelligence Unit (CIU) en su estudio “Telecomunicaciones en México: Servicios de Audio y Video Asociado”.

En México, las llamadas OTT (Over The Top) alcanzan a más de 6.2 millones de hogares, de estos, Netflix cuenta con 4.43 millones de suscriptores, seguido por Blim, que ya rebasó el millón de suscriptores, con lo que supera a otras plataformas como Claro Video, MUBI, HBO Go y YouTube Red.

La plataforma de Televisa apuesta por contenido de catálogo y original; así como otros programas que le interesan al mercado local, por eso, en los últimos meses todo el catálogo de la televisora fue retirado de Netflix.

Ahora tienen en exclusiva todas las películas de James Bond y la exitosa serie El Señor de los cielos, El Chavo del 8 y diferentes programas que han acompañado a los mexicanos por muchos años.

Además, produce Nosotros los Guapos o 40 y 20 y diferentes series que le interesan al consumidor promedio y al que no le llama la atención ver, por ejemplo, series como Stranger Things.

Por si esto fuera poco, Televisa, a través de Videocine, ha comprado los derechos de todas las películas mexicanas que distribuye en cines. Algunas muy taquilleras que colocan en su plataforma y recientemente firmó acuerdos con Telemundo Internacional y NBC Universal International, entre otras estrategias que le han permitido ganar clientes.

El mercado

El día en que Televisa retiró todos sus contenidos de Netflix, la empresa transnacional bromeó con un singular spot, donde se veía a un hombre llorando por no poder ver su novela; sin embargo, detrás de su sonrisa existe preocupación ante un competidor que en menos de un año se posicionó en el segundo lugar.

Además, Netflix comienza a enfrentarse a muchas críticas sobre su comportamiento desleal al no pagar impuestos en los países en los que opera, de producir muy poco localmente y lo que a largo plazo podría causarle muchos.

En México, Netflix produce Club de Cuervos, anunció una serie animada de las Leyendas junto a Ánima Estudios de Fernando de Fuentes y una más con el cineasta Manolo Caro.

Por su parte, Claro Video cuenta con un catálogo de películas y sólo un par de series originales como El Torito y La Hermandad y recientemente Shark Tank, pero no ha mostrado gran interés en producir otros programas que impulsen a su plataforma.

Recientemente compró un catálogo de películas del cine de oro mexicano y se rumora que su próximo fichaje serán los Mascabrothers.

Los demás competidores en el mercado mexicano no tienen la fuerza (hasta ahora) para superar a Blim. Por ejemplo, MUBI, una plataforma de cine independiente, apenas tiene 1%, Fox Play cuenta con 0.7 por ciento.

Según datos de CIU, empresa que dirige el economista Ernesto Piedras, en el tercer trimestre del 2016, los ingresos de dichas plataformas ascendieron a 2, 408 millones de pesos. La participación de Mercado e Ingresos del 2016 es el siguiente: 10.4% OTT, 60% Cable y otros y 29 % satelital.

Por otro lado, el número de suscriptores va en aumento para las OTT con un 25.2% del mercado, seguido por cable y otros con el 32.6%, y con 42.2% el satelital

La tasa de crecimiento anual de las OTT es de 69.7%, muy superior a los otros modelos.

Sí, para mucha gente fue divertido burlarse de Blim, una empresa mexicana que invierte en el país y apuesta por su talento y sus historias; pero su éxito es innegable y la historia continúa escribiéndose.

FUENTE: EL ECONOMISTA

Comments

comments

Artículo anteriorChelsea hará de todo para fichar a James Rodríguez
Artículo siguienteMozart vs Beyoncé: la rivalidad menos esperada