Observaciones de la densa nube de polvo que oculta un agujero negro supermasivo en el centro de la cercana galaxia Messier 77 han ofrecido la confirmación más clara hasta ahora de la teoría que explica la estructura de los núcleos galácticos activos (AGN, en sus siglas en inglés), propuesta hace cerca de tres décadas.
La revista Nature publica este miércoles las conclusiones de un estudio elaborado a partir de datos extremadamente detallados obtenidos con el interferómetro del gran telescopio del Observatorio Europeo Austral (ESO) del gas que se acumula en esa galaxia, también identificada como NGC 1068.