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Se suma el PRD Jalisco a las criticas en contra del gasolinazo

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Este lunes el Partido de la Revolución Democrática fijo su postura en torno al «gasolinazo» a través de un comunicado hizo un llamado a toda la ciudadanía para generar acciones de resistencia activa en contra del incremento en los precios de los combustibles. «Basta de seguir pagando los dispendios y las consecuencias de la ineptitud y corrupción de los gobiernos federales y estatales emanados del PRI y del PAN».

En el texto del documento dirigido a la ciudadania indicó que la actuación y los aires de suficiencia del gobierno federal no se corresponden con los pésimos, y por momentos insultantes resultados de su gestión:

«muy bajo crecimiento económico, bajos salarios, altos niveles de subempleo e informalidad, niveles crecientes de pobreza y de inseguridad, recortes presupuestales sin precedentes en materia educativa y de salud, corrupción e impunidad manifiestas desde los más altos niveles de gobierno y encarecimiento de los bienes y servicios básicos que impactan en toda la cadena productiva y de consumo del país».

El episodio más reciente de esta manifiesta incapacidad y cinismo gubernamentales es el gasolinazo de inicio de año añade el comunicado

«Sí, sí, sí… El gobierno federal ha repetido hasta la saciedad, mediante comunicados oficiales y declaraciones del secretario de Hacienda, que el incremento en el precio de las gasolinas y el diésel no son consecuencia de la llamada Reforma Energética o de la paupérrima administración gubernamental del patrimonio energético nacional. Repiten una y mil veces, que los incrementos no tienen que ver con la reforma aprobada con los votos del PRI y del PAN en el Congreso, que entregó la explotación de los recursos petroleros nacionales a manos extranjeras, lo hacen a la espera de que una consigna dicha mil veces sustituya por agotamiento la percepción que la ciudadanía tiene de las cosas».

Especifican que lo único real, es que ni el presidente, ni sus secretarios, han dicho aún dónde se encuentran los tan anunciados y presumidos beneficios que la aprobación de la Reforma Energética traería como consecuencia.

Y agregan: Hasta ahora, los hechos concretos son…

· Entre agosto de 2013 (momento en que fue aprobada la Reforma Energética) y enero de 2017, los precios de las gasolinas se incrementaron 36.8 y 45.22 por ciento para los tipos Magna y Premium respectivamente; y el precio del diésel aumentó un 41.5 por ciento.

· Y tan sólo en el último año, las tarifas de consumo eléctrico de tipo doméstico, comercial e industrial se incrementaron en 17, 23 y 30 por ciento, respectivamente.

Incrementos que afectan de manera directa y significativa el poder adquisitivo de los sectores populares y de clase media y la capacidad operativa y de inversión de los pequeños y medianos productores, prestadores de servicios y comerciantes.

Pero, lamentablemente, más allá del impacto directo en el bolsillo de las personas y las familias, la tragedia que afecta al país es aún mayor…

· México, un país productor de petróleo, que llegó a poseer como activo nacional en el año 2000 a la sexta empresa petrolera más grande y productiva del mundo, luego de las decisiones tomadas por los dos últimos gobiernos federales en materia energética, ha perdido competitividad y capacidad productiva hasta el punto de que PEMEX ocupa ahora la onceava posición a nivel internacional entre las petroleras.

· El nivel de deterioro y la baja productividad de las 6 refinerías mexicanas (donde se producen las gasolinas y el diésel) es de tal magnitud, que no son capaces de producir el combustible que se necesita para cubrir la demanda nacional. Hemos pasado de importar en 2006 el 23 por ciento de la gasolina y diésel que necesitamos, a traer desde el exterior, durante este año, poco más del 60 por ciento de los combustibles que se venden en las gasolineras.

· Y para colmo de males, la gasolina que nos venden desde fuera no sólo es cara sino además, de dudosa calidad; según la Auditoría Superior de la Federación, a más de la mitad de las gasolinas importadas, PEMEX no les hace las pruebas de calidad necesarias para corroborar que cumplan con lo establecido en las Normas Oficiales Mexicanas ni con lo señalado en las regulaciones ambientales.

A pesar de lo preocupante de la situación hasta ahora descrita, la negligencia e inoperancia del gobierno federal para garantizar un mínimo de funcionalidad institucional al país en materia energética no para ahí.

Lamentan que ante el anunciado incremento en el precio de los combustibles, «la ciudadanía acudió a realizar compras antes de que entrara en vigor el gasolinazo; y en no pocos casos se ha encontrado con que existe desabasto en las estaciones de servicio. El presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (AMEGAS) ha denunciado que la falta de combustible en las gasolineras se debe a que PEMEX no tiene la capacidad para entregar en tiempo y forma el combustible ante una demanda creciente». Señala que las refinerías trabajan de manera parcial y que el abasto se realiza mediante pipas y no mediante el uso de los poliductos. A pesar de la suspicacia que pudieran despertar las declaraciones del presidente de la AMEGAS, existen diversos datos que hacen creíble su versión de los hechos:

· Ante los graves señalamientos de los gasolineros, el gobierno federal o PEMEX simplemente han guardado silencio.

· En 2016, los recursos destinados al mantenimiento del Sistema Nacional de Refinación se redujeron en un 17%.

· A mediados de año, PEMEX reconoció que perdía 23 mil barriles diarios de gasolina como consecuencia del robo de pipas y tomas clandestinas en los poliductos, este volumen de combustible equivale a una pérdida anual de 20 mil millones de pesos.

· PEMEX ha pagado multas multimillonarias a la empresa importadora de gasolinas por falta de capacidad de almacenamiento y distribución de los combustibles que son traídos desde el exterior, debido a que no tiene forma de desplazarlos de manera rápida y eficiente desde los puertos de ingreso hacia el interior, ya que no dispone de lugares suficientes para su almacenamiento.

· México tiene una baja capacidad de almacenamiento de combustibles que sólo le permite guardar el inventario de consumo equivalente a 6 días; mientras que la Agencia Internacional de Energía recomienda que la capacidad de almacenamiento de combustibles que un país debe mantener, debe ser equivalente al consumo de 90 días.

Concluye el comunicado.

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