Luego de que los vecinos de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, reportaron que el agua que les llega tiene olor a gasolina y probablemente está contaminada, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dio a conocer los resultados del análisis de este recurso.
En un breve comunicado explicó que un laboratorio de la universidad, recibió una solicitud de un ciudadano para practicar análisis físico-químicos a tres muestras de agua recabadas.
Las muestras presentadas arrojaron valores normales en cuanto al pH, los sólidos, nitratos, nitritos, dureza, sulfatos y cloruros.
Sin embargo, la UNAM aclaró que en ninguna de las pruebas se analizó la presencia de hidrocarburos, lo que deja ‘cabos sueltos’, pues se reportó que el recurso tenía un olor a gasolina.
Hace un par de semanas, vecinos de la Benito Juárez reportaron en redes sociales que el agua que llegaba a sus casas tenía olor a gasolina. Agregaron que ahora presentan lesiones en la piel, irritación en los ojos y nariz.
Ante este panorama, el personal del Sistema de Aguas de la CDMX (SACMEX) realizó inspecciones detalladas, pero el primero de abril indicó que no hay evidencias de que el agua tenga algún hidrocarburo.
Por esta razón, los vecinos realizaron varias manifestaciones hasta que el nueve de abril, el Gobierno de la Ciudad de México anunció el cierre del pozo de agua del Jardín Alfonso XIII, ubicado en Álvaro Obregón.
El jefe de Gobierno capitalino, Martí Batres, dijo que se espera que en un lapso de dos semanas “se limpie” el suministro, ya que el agua contaminada podría seguir en las tuberías, pero se irá vaciando con el paso de los días.
Hasta el momento las autoridades todavía no saben cuál fue el origen de la contaminación del agua del pozo en la alcaldía Álvaro Obregón, pues según el jefe de Gobierno, en el pozo no hay gasolina, sino aceites y lubricantes.
Con información de El Financiero