El taxista griego Konstantinos Bekio está haciendo su parte para levantar el ánimo de sus pasajeros en medio de la penumbra del cierre por coronavirus, convirtiendo su taxi en un club nocturno con luces estroboscópicas y música.
“Vi que la gente siempre estaba estresada, triste, todo el mundo estaba de mal humor”, dijo mientras conducía por las calles nocturnas de Salónica en el norte de Grecia, donde comenzó el servicio durante el primer bloqueo por coronavirus en marzo.
“Empecé a poner música, a subir el volumen y vi que la gente disfrutaba, se divertían, se lo pasaban bien, aunque fuera una ruta corta, salían felices. Así es como iniciamos el taxi club privado ”.
Aunque Grecia no ha sufrido tanto como muchos otros países europeos por el COVID-19, su cultura de la vida nocturna se ha visto afectada. Los bares, restaurantes y clubes nocturnos han estado cerrados desde noviembre y nadie está seguro de cuándo volverán a abrir.
Si bien un viaje en taxi en una discoteca puede no ser la idea de una buena noche de fiesta para todos, Bekios, cuyo hijo de 11 años ayudó con la decoración, solo quiere que la gente la pase bien. Acepta solicitudes de una amplia lista de reproducción acumulada durante ocho años conduciendo su taxi, pero no cobra extra por la experiencia.
«Mejora su estado de ánimo en los primeros cinco minutos», dijo Ioanna Kargiannidou, una clienta habitual de 24 años.
“La situación es muy difícil y estresante para todos, nuestro estado de ánimo es bajo”, dijo. «Así que esta es una buena solución para escapar de nuestra rutina diaria».
