EFE
Todos los días poco después de las tres de la tarde, el pequeño Patricio se evade del confinamiento saliendo a su balcón a esperar a su amigo Percibald, quien a través de un altavoz le cuenta cuentos a él y a sus vecinos en el barrio de Tlatelolco, en la Ciudad de México.
El cuento diario que lee todos los días desde hace dos meses busca que los niños, usando su imaginación, puedan salir del encierro al que los ha condenado la COVID-19, que suma en México más de 300.000 contagiados y 35.491 fallecidos.