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“Trump miente todo el tiempo”: Mark Singer

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No era una sugerencia, sino más bien una imposición. “Tienes que escribir un perfil de Donald Trump”, le dijo Tina Brown, su editora en The New Yorker. Era otoño de 1996 y el veterano reportero de la revista, Mark Singer, escuchaba al otro lado del teléfono a Brown entusiasmada decirle: “¡Es un embustero de primera, te va a fascinar!”.

Ése fue el comienzo de un reporteo de más de cuatro meses, que dio material suficiente al periodista para publicar no sólo el perfil pedido sino que, años más tarde, el libro El show de Trump. Tina Brown no se equivocó. Mark Singer de 66 años comprobó en persona que el corredor de bienes raíces al que le gusta enchapar en oro sus edificios, el animador de reality shows, que asumirá el 20 de enero próximo la presidencia de los Estados Unidos, era “un payaso”, según cuenta desde Nueva York.

—¿Esperaba la victoria de Donald Trump?

No, para nada. Es la peor sorpresa de mi vida como ciudadano de Estados Unidos.

Singer conversó con el magnate en su auto, en la Trump Tower, en su avión y en su castillo de Mar­a­Lago, hasta donde han llegado celebridades como Clint Eastwood, Oprah Winfrey, Elton John y el príncipe Alberto de Mónaco. Entrevistó a decenas de personas que lo conocían y trabajaban con él, como un analista que le comentó lo que Singer sospechaba: “En el fondo, Donald quiere ser Madonna”.

En El show de Trump, el reportero relata anécdotas que ayudan a entender el estilo de este “pintoresco personaje egocéntrico al que nadie tomó en serio”. En una oportunidad, Singer le preguntó si se consideraba a sí mismo una compañía ideal, a lo que el futuro sucesor de Barack Obama respondió: “¿Quieres saber qué considero realmente una buena compañía? Un buen culo”.

En otra ocasión, le confesó que “parte de mi belleza es que soy muy rico”. Tras la inauguración del Trump International Hotel & Tower le dijo que “después de saludar a 5,000 personas, creo que me voy a lavar las manos”. Y tras una complicada conversación con un banquero, le comentó: “Siempre conviene hacer las cosas del modo más complicado para que nadie entienda qué hiciste”. Situaciones que llevaron a Singer a concluir que el multimillonario “no tiene vida interior”.

—¿Es un tipo inteligente?

Es una buena pregunta. Trump no tiene autodisciplina intelectual: puede desafiarte en ciertas cosas, puede interpretar lo que piensa la gente, reconocer debilidades y explotarlas, pero no creo que lea libros. Él es un vendedor que opera a base de instintos más que del intelecto.

—Durante los meses en que se convirtió en su sombra, ¿alguna vez lo vio triste o aproblemado?

Nunca. Él no demuestra sus sentimientos. Es un actor y siempre quiere interpretar a su personaje. Para él, demostrar sentimientos es sinónimo de debilidad y es extremadamente inseguro. Es un macho guy, por lo que no va a demostrar jamás lo que siente.

—¿Es un buen papá?

Nunca ha sido un padre presente. Tres de sus cinco hijos han trabajado para él en sus negocios. El cuarto creció con su mamá en California. Apuesto a que nunca les leyó un libro, les cocinó o los llevó al doctor. Él cree que ese trabajo corresponde a la mujer: Trump es un sexista misógino.

—¿Cuál es su motivación para ser Presidente?

Ninguna. Él no cree en nada, no tiene una filosofía política, es una persona pragmática a la que lo único que le importa es Donald Trump.

Pero debe tener alguna aspiración para su país…

Él plantea cosas sobre Estados Unidos, pero en ninguna manera son consistentes, desde el punto de vista filosófico o ideológico. Algunas veces es más conservador y, respecto al dinero, muchas veces es más liberal que el resto de los republicanos: quiere gastar mientras ellos quieren reducir el presupuesto. Él está dispuesto a recortar el presupuesto en salud para los más pobres, las mujeres; y obviamente la clase obrera va a sufrir. Te vaticino lo que pasará: la gente que confió en él durante la campaña, se dará cuenta de que fueron engañados, que él no va a hacer nada para mejorar la salud. Su estándar de vida no subirá con Trump.

Un vendedor narciso

—Si tiene tantos defectos, ¿por qué los americanos lo eligieron?

Creo que la misoginia jugó un papel importante: a la mayoría de los votantes no les gustaba Hillary Clinton. También hay un tema étnico: el 25% de los latinos votaron por Trump y no tenían razón para hacerlo. ¡Es un racista que va a deportar a millones de personas tal como ha anunciado! Vivimos en un tiempo en que todos los movimientos están cargados de nacionalismo.

—¿No hay una responsabilidad del Partido Demócrata? ¿Bernie Sanders debió haber sido el candidato?

Hubo una falla política de Hillary Clinton y el Partido Demócrata en entender qué es lo que estaba produciendo un agrietamiento, por qué tantos trabajadores estaban enojados. Pero no sólo fue la clase obrera la que votó por Trump: sobre el 70% de los norteamericanos blancos también lo hicieron. Además, fallaron los medios de comunicación y algunos intelectuales

—¿Minimizaron el peligro que representaba?

Hicieron cosas diferentes en tiempos distintos. Recuerda que las campañas aquí duran mucho tiempo: elegimos al presidente cada cuatro años y las campañas duran un período similar. De hecho, cuando Trump anunció que iba a postularse —en junio del 2015— pese a que dijo cosas horribles sobre los mexicanos, musulmanes e inmigrantes en general, ¡la prensa no lo tomó en serio! Pensaron que este tipo era un payaso y lo subestimaron.

Pero también hay otra falla: que nuestra prensa se enfocó más en la competencia entre los candidatos, entre quién ganaba hoy y quién ganaría mañana, en vez de enfocarse en las discusiones importantes, como educación, cambio climático o pobreza.

—¿Los medios de comunicación fueron superficiales?

No prestaron atención a ciertas cosas que había que atender. La torpeza de Trump es algo que se ha sabido hace mucho tiempo. Hay muchos libros y biografías sobre él, si se hubieran reporteado todas las atrocidades que ha cometido se habría logrado detener su momentum. Como hombre de negocios ha arruinado a personas, estuvo en la bancarrota y evitó sus responsabilidades, es un tipo egoísta y matón, y eso nadie lo contó.

—¿La prensa debería hacer un mea culpa al respecto?

Eso está ocurriendo. The New York Times, The Washington Post y The New Yorker trabajaron muy duro para contar la verdad sobre Trump y no fueron los únicos en hacerlo. Trump es un defensor del capitalismo, pero en su discurso, plantea cerrar fronteras, aplicar proteccionismo a la economía local…

Es difícil entender esa contradicción. Pero lo único que puedo decirte es que él miente todo el tiempo. Las redes sociales también jugaron un papel importante, porque se publican noticias falsas, que la gente que no está tan educada cree a pie juntillas. Además, dijeron muchas mentiras sobre Hillary Clinton.

—En sus encuentros, ¿Trump le mintió?

Todo el tiempo, pero no me molestaba. Él no era un político, era un vendedor narciso. Por lo tanto, cuando empezaba a mentir, yo pensaba “ok, ésta es la forma en que este tipo habla”. Para un periodista, lo mejor es que tu entrevistado te subestime. Si él pensaba que yo era estúpido, yo no iba a desafiarlo. Lo dejaba hablar porque mi tarea no era discutir con él, sino que escribir su historia.

El cheque de 37 dólares

Como era de esperar, a Trump no le gustó el artículo de Singer. Tal fue su desagrado que el empresario no sólo le escribió un reproche a la editora Tina Brown, sino que en su libro Trump: el arte del retorno le dedicó unas páginas. En el capítulo “La prensa y otros microbios”, Trump recuerda: “Cuando entró a mi oficina (Singer), sentí de inmediato que no era gran cosa, alguien sin rasgos memorables, con una leve expresión burlona y un resentimiento latente”.

Pero el magnate fue más allá: en el 2005, Singer publicó Character Studies, un libro que incluía sus trabajos sobre el multimillonario. Jeff MacGregor, de The New York Times, reseñó el trabajo y sentenció: “Que Trump sea la caricatura de una caricatura lo convierte en un blanco fácil, sin inteligencia ni velocidad para defenderse”.

La reseña despertó la ira del empresario, quien mandó una carta al periódico señalando que “no tengo la menor duda de que a los libros de Singer y MacGregor les irá muy mal, simplemente carecen de lo necesario. Quizás algún día nos sorprendan al escribir algo que importe”.

Trump, a juicio de Singer, dejó la pelota dando bote. Y el periodista se echó hacia atrás y anotó un gol. Le escribió una carta al ex presentador del reality show El Aprendiz provocándolo: “Aunque estoy seguro de que usted, como autor, está consciente de que no es bien visto pagarle a las personas que reseñan nuestros libros, incluí, sin embargo, un cheque por 37.82 dólares, un pequeño gesto para mostrarle mi tremenda gratitud”. Trump le contestó de vuelta con otra epístola: “¡Mark, eres un perdedor total!”.

Días después, y revisando su estado de cuenta, Singer notó algo que no esperaba: Trump cobró el cheque.

—¿Cree que Trump construirá el muro entre Estados Unidos y México o va a moderar su discurso?

No sé si lo va a moderar, pero seríamos idiotas de no tener miedo. La pregunta es qué será políticamente posible bajo su mandato. Va a haber mucha resistencia a sus propuestas, pero por otro lado, el presidente de Estados Unidos tiene mucho poder. Por ejemplo, en temas como inmigración puede hacer varias cosas, lo que me da terror.

—¿Qué es lo que más teme?

Lo que pase con el planeta. Este país va a sobrevivir y vamos a luchar contra Trump, decir la verdad sobre él. Pero si el gobierno, o Estados Unidos en particular, no está comprometido en hacer algo con el calentamiento global, habrá consecuencias.

Hay una broma que dice que algunos políticos abstemios, como Hitler, pueden ser peligrosos. A Trump no le gusta tomar…

Sé que no duerme mucho y que tampoco toma. Es una persona inusual. No es sólo Estados Unidos; cada persona en la Tierra está hoy en mayor peligro por Trump. En la Casa Blanca él va a dar vuelta el reloj en la lucha contra el calentamiento global, está trabajando a favor de los petroleros y de aquéllos que se oponen a las regulaciones.

Su nuevo asesor, Stephen Bannon, es conocido por ser machista, racista y por sus polémicas frases, como que “abolir la esclavitud fue una mala idea”…

Bannon es una pesadilla. Pero no va a durar mucho tiempo, porque Trump tiene mucha gente en la Casa Blanca que por temperamento no se va a llevar bien. En la primera semana, ya hubo mucha pelea interna, vamos a ver qué pasa.

—¿Qué le parece la presencia del ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, en su equipo?

Me preocupa porque Giuliani es muy parecido a Trump, la única diferencia es que es más inteligente. Rudy es un hombre colérico y tiene mucho poder. Pero Giuliani logró bajar las tasas de delincuencia en Nueva York con su política de tolerancia cero. Eso es un mito, pues las tasas de criminalidad venían bajando en todo el país cuando asumió la alcaldía, y él se llevó los créditos.

—¿Qué pasará con la libertad en EU bajo la presidencia de Trump?

Ésa es una buena pregunta, depende de libertad para quién. La de las mujeres para controlar su propio cuerpo está en riesgo, la de los inmigrantes también. ¡Estamos hablando de millones de personas! Por lo que sí, la libertad está en peligro. Pero aún tenemos una Constitución con derechos, como el de protestar, y lo haremos.

—¿Planea escribir un nuevo libro?

No, pero te cuento lo que haré no como periodista, sino que como ciudadano: ayudaré a los musulmanes norteamericanos como voluntario para que sientan menos miedo.

—¿Piensa mandarle una nueva carta a Trump?

Sí, le mandaré una con la Constitución de regalo. Pero no creo que esta vez reciba una respuesta.

FUENTE: EL ECONOMISTA

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