El Papa Francisco recibió hoy la visita de un grupo de estrellas y directivos de futbol americano a quienes les pidió ser generosos compartiendo “los muchos dones que han recibido”.
Antes de encabezar su audiencia pública semanal, el pontífice se reunió con la delegación de la American Pro Football Hall of Fame en una sala del complejo Aula Pablo VI, el más grande auditorio del Vaticano.
El Papa comenzó un breve discurso bromeando y exclamó: “Como mucho de ustedes saben soy un apasionado de futbol, pero en el país del que provengo ¡se juega en modo muy distinto!”. El comentario causó risa en los presentes.
Tambipen destacó los valores de lealtad y deportividad que se buscan transmitir en el futbol americano, no sólo en el campo de juego sino en las familias de los deportistas y en las comunidades.
“El mundo en el que vivimos, y especialmente los jóvenes, tienen necesidad de modelos, de personas que muestren como hacer emerger lo mejor de nosotros mismos, para dar fruto a los dones y talentos donados por Dios y, al hacer esto, indicar el camino para un futuro mejor para nuestras sociedades”, dijo.
“El trabajo en equipo, el juego leal y el tender a lo mejor son valores – en el sentido también religioso del término- que guían vuestro empeño en el campo de juego. Empero, de estos valores existe una necesidad urgente también fuera del campo, en todas las dimensiones de la vida comunitaria”, agregó.
Recordó que sólo los valores ayudan a construir una cultura del encuentro, con la cual se puede responder a las necesidades de los demás combatiendo la indiferencia y la injusticia que impiden vivir como una sola familia humana.
La comitiva, encabezada por Steve Schott, le regaló al Papa una camiseta blanca autografiada, con el nombre Francisco y con el número 1 en colores azul. También obsequió unos tradicionales cascos.
