Por: Luis Arturo Jiménez, presidente del Colegio de Abogados “Juárez Siglo XXI”
El 2 de julio de 2006, el diario “La Jornada” publicó en su portada: “Hoy, cambio o continuidad”. Dieciocho años después, la disyuntiva es exactamente la misma. Si usted considera que México transita por un camino peligroso, y desea poner su grano de arena para que la situación cambie: Vote. Si usted considera que México transita por la ruta correcta y que es cuestión de tiempo para ver los resultados prometidos: Vote. En la Presidencia y en el Congreso, vote acorde a su sentir y en sintonía con la visión del país que desea para su familia en el corto, mediano y largo plazo –ese es el derecho de cada uno de nosotros-. Tenga la certeza de que su voto vale y ni la elección es un trámite, ni está decidida, ni hay ganador declarado por los órganos competentes, ni viviremos un fraude electoral -como algunos actores políticos lo han mencionado, tema que se retomará más adelante-.
A pesar de las difíciles condiciones en que se ha desarrollado el proceso electoral 2023-2024, nuestro sistema electoral aún funciona -una muestra de ello, es que a pesar del hecho público y notorio de que el Consejo General del INE se encuentra dividido, la estructura del propio Instituto y que es la encargada de materializar la organización de las elecciones, continúa en manos de personas preparadas, comprometidas y experimentadas pertenecientes al Servicio Profesional Electoral Nacional-. En todo caso, este proceso electoral nos ha permitido detectar los mecanismos que ya no funcionan o que deben ser modificados.
Pero ahora aparece la advertencia de un fraude electoral. Muy pronto sabremos si las encuestas fueron ejercicios demoscópicos, o en realidad, simples instrumentos de propaganda. De cualquier manera, la multiplicidad de ellas y la coincidencia de resultados, han generado la percepción de que existe una ventaja insalvable entre las dos candidatas presidenciales ¿Cómo entonces podría efectuarse un fraude electoral si la distancia es abismal? Esto significaría que los miles de ciudadanos que participarán como funcionarios de mesa directiva de casilla, los Supervisores Electorales, los Capacitadores, Asistentes Electorales y los Consejeros Distritales, conjuntamente con la estructura del INE están en coordinación para manipular los resultados ¿En serio?
Las preguntas son otras: ¿Quién se beneficia con esa versión? ¿Acaso la elección está muy competida y aquí hay “dato” encerrado? ¿Si gana la oposición, las encuestas serán la base para desconocer los resultados oficiales?
Pronto se nos dilucidarán muchas dudas. Pero por lo pronto, hagamos nuestra parte: este 2 de junio acudamos a las urnas y seamos parte de la historia, votemos por nuestro legado.
