Con grandes cantidades de energía acumulada en la Placa de Cocos, la brecha de Petatlan-Zihuatanejo y las 12 fallas que atraviesan Morelia, Michoacán se ubica en potencial riesgo de generar un sismo de gran magnitud.
“De romperse una de esas brechas podríamos estar ante un sismo superior a los 8 grados Richter” considero el director del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), Víctor Hugo Garduño.
Ese gran sismo podría impactar dependiendo de diversas variables, como el epicentro, no sólo al estado sino a entidades vecinas e incluso a la capital del país, como ya ocurrió en 1985.
A unos días de cumplirse 31 años del sismo de 1985, el especialista lamentó que Michoacán siga sin estar preparado para un hecho de este tipo.
Dijo que el Servicio Sismológico Nacional (SSN) sólo cuenta en el estado con dos estaciones, una ubicada en la costa y otra más en Morelia.
Sin embargo, el diagnóstico sísmico del estado indica que el monitoreo debe de ser constante y permanente, hecho que no ocurre.
“Es como si un paciente tuviera el diagnóstico de una enfermedad pero sus familiares no creyeran que está enfermo”, comparó.
Explicó que actualmente la Placa de Cocos mantiene una energía acumulada de 30 años mientras que la Brecha de Petatlan-Zihuatanejo guarda una energía acumulada de 50.
“Si ésta energía es liberada estaríamos ante algo muy delicado”, consideró.
Señaló que en la capital del estado zonas como la de Policía y Tránsito y el Zoológico de Morelia serían las que más resentirían un movimiento telúrico.
Esto por encontrarse en zonas de tierra “blandas” con filtraciones de agua. “Pasaría lo que ocurrió en la ciudad de México”.
Víctor Hugo Garduño mencionó que si bien el sismo del 85 representó para nuestro país un parteaguas en materia de prevención de sismos hace falta mayor inversión en materia de investigación y prevención.
“El próximo 19 de septiembre con toda seguridad veremos ceremonias y simulacros a lo largo y ancho del país pero esto no es suficiente”, consideró.
Dijo que una realidad en este tema es que “el próximo desastre viene cuando olvidamos el último”, por lo que hizo votos porque éste no se olvide y se tenga presente siempre.
El último gran sismo registrado y que tuvo como epicentro Michoacán tuvo lugar el 21 de abril del 2013 y su magnitud fue de 5.8 grados. Se registró a 10 kilómetros al sur de Lázaro Cárdenas y ocasionó daños menores en la tenencia de Guacamayas y en las colonias Roma, Doctores, Obrera y Santa María la Rivera de la ciudad de México.
