El nivel de alarma en cuanto al presidente electo Donald Trump respecto a México y a la población latina disminuyó, afirmó hoy el especialista en Estados Unidos de la Sociedad Alemana de Política Exterior, Josef Braml.
La reforma del seguro de salud en Estados Unidos, conocida como Obamacare, no va a ser completamente volcada por Trump, dijo, porque ya se dió cuenta de que una parte de sus votantes están beneficiándose de ella, ni tampoco va a deportar a los 10 millones de indocumentados latinos que viven en su país.
Braml puso de relieve que Trump recalcó ahora que se deportará a los ilegales latinoamericanos que han cometido delitos y crímenes. “Trump no se diferencía en ello del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, quien deportó a más de dos millones de personas”.
“Los latinos pueden haber sido el fiel de la balanza en las elecciones para llevar a Trump a la presidencia, algo que nadie pensó. La votación en favor de Trump se inclinó en estados que tienen mucha población latina”, refirió.
“El tiempo no corre en favor de Trump porque pretenderá reelegirse. Si Trump piensa de manera estratégica se va a volver mas ´suave´, va a tratar de atraer más a ese grupo en favor de los republicanos y de vincularlo a éstos. Para ello tiene el apoyo de la derecha cristiana y muchos latinos son católicos y evangélicos”, señaló.
“Una vez que queden resueltos los temas económicos, el tema de la moral y la religión volverá a jugar un papel. Es probable que Trump se mesure en ese ámbito. Si la economía vuelve a crecer, seguramente va a poner en marcha programas de construcción de infraestructura que van a generar muchos puestos de trabajo”, refirió.
Estimó que para muchos latinos, Estados Unidos dejó de ser tan atractivo en los últimos años porque no había suficientes empleos”.
Josef Braml dijo respecto a Trump y Cuba que el tema de la isla no figuró en su campaña, no le significa votos o ganancias electorales sustanciales, y que por lo tanto probablemente dejará las cosas como están.
Puso énfasis en que es “erróneo” pensar que en Estados Unidos se gobierna a través de las dos cámaras y que, al igual que en la mayoría de los parlamentos de Europa Occidental, hay una disciplina partidista.
En Estados Unidos hay un sistema de “Check and Balances”, apuntó, en el que los compiten los poderes políticos. “Creo que Trump también tendrá grandes problemas de bloqueo en el Congreso con sus así llamados ´amigos de partido‘. Lo van a bloquear de la misma manera como hicieron con Obama”.
Agregó que si Trump toma medidas que afecten al estado como aumentar impuestos, imponer nuevas regulaciones o gastar más dinero del estado, inmediatamente va a resentir bloqueos en el Congreso.
“Bajo una presidencia de Trump, Europa tiene que replantearse la política de seguridad. Trump tiene como consigna ‚América (Estados Unidos) primero. Desde mi punto de vista, Trump no es tan errático como muchos creen”, manifestó.
Comentó que no es el liberal como lo ha sido Obama sino que va a continuar con una posición de realismo internacional, donde Obama terminó. Entre países hay intereses duros y no relaciones de simpatía o amistad, y eso determina las negociaciones.
Expresó que Estados Unidos considera podría volver a necesitar a Rusia a partir de ahora para manejar el tema de China, país que le supone riesgos económicos y geopolíticos.
En cuanto a Europa, una vez que Gran Bretaña se salió de la Unión Europa, el interlocutor europeo puede ser Merkel.
“Merkel es lo suficientemente fría, es suficientemente estadista y tiene en el punto focal de atención los intereses de Alemania y de Europa, así como del orden mundial”, enfatizó.
“También dialoga con Putin, a pesar de las divergencias entre Rusia y Europa. Son estadistas que no toman decisiones en base a la relación que tienen entre sí, sino en base a los intereses de sus países, de la misma manera como lo hizo Obama”, finalizó.
