Por: Salvador Cosío Gaona
Es muy interesante como ha avanzado el tal Trump y ya prácticamente emparejó los pronósticos frente a su competidora Hillary Rodham-Clinton, ello mediante estrategias mediáticas y el uso agresivo de la lengua, con discursos y mensajes provocadores y destructivos, además de la cooperación de agentes de incidencia en la opinión pública, como al provocarle daño a su contrincante haciendo viral el que podría dejar la contienda por problemas graves de salud.
Tras la inundación de información y especulaciones que sobre su estado de salud se suscitaron tras el desvanecimiento que sufrió estando en la conmemoración de los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, la Candidata del Partido Demócrata a la Presidencia de Los Estados Unidos de América Hillary Rodham-Clinton, tanto ella como su equipo de estrategia y operación de campaña tuvieron que realizar un denodado esfuerzo a fin de amainar la tempestad que se propició al elucubrarse que Rodham-Clinton podría abandonar la contienda en razón de su precario estado físico, toda vez que además del desmayo en el evento con motivo de los ataques que provocaron hace 15 años el inicio de una nueva etapa bélica mundial en moderna forma, su contrincante del partido Republicano Donald Trump prohijó una eficaz estrategia propagandista en relación a los antecedentes que la Señora Clinton tiene inherentes a un padecimiento neurológico antiguo que fue rememorado con el ánimo de producir la especie presuntiva del abandono de la carrera electoral de la esposa del Expresidente Bill Clinton.
Tras un reposo de escasos 4 días Rodham-Clinton debió retornar a la arena pública y debió publicar un reporte con más información sobre su salud, presentando un informe, redactado por su médico de cabecera de nombre Lisa Bardack en el que se precisa que la candidata demócrata sufre una «neumonía bacteriana leve, no contagiosa».
La campaña de Clinton publicó una carta de la doctora Bardack dando cuenta detallada sobre su salud. Es el segundo informe médico que publica en esta campaña, tras otro de julio de 2015.
La carta explica cómo le fue detectada la neumonía y dice que se está recuperando bien gracias a los antibióticos y al descanso. La candidata debe tomar el antibiótico Levaquin durante 10 días, según el informe. Su salud ha mejorado desde que el domingo decidió tomar unos días de descanso.
El informe subraya que Clinton se encuentra «en excelentes condiciones mentales» y preparada para servir como presidenta de Estados Unidos. También revela los medicamentos que está tomando, su nivel de presión arterial y sus pulsaciones, entre otros detalles.
En una campaña presidencial con una candidata de 68 años y otro de 70, es inevitable que la salud de los aspirantes esté en el centro de la visual , si en efecto es cierto que Rodham-Clinton no está afectada severamente en su salud y no tiene que ver su debilitamiento con aquel antecedente del coágulo que se ha dicho por informes médicos le fue detectado en el 2008 y en efecto el asunto se limita a una neumonía, la Señora Clinton cometió entonces el error de ocultar durante 48 horas el diagnóstico de neumonía, y ahora ha debido expresar que no había publicitado su neumonía porque no creía que fuese tan grave, pero además dijo que los médicos le habían recomendado tomar cinco días de reposo, consejo que ignoró.
Lo cierto es que la dilación en tomar el toro por los cuernos y no enfrentar el tema con claridad permitiendo las suspicacias, le han costado a Hillary Rodham-Clinton perder varios puntos en los sondeos de opinión inherentes a la propensión del voto posible a su favor y ahora debe desvirtuar que no es apta físicamente para salir avante del reto que significa un despliegue de actividad y presiones de llegar a la Presidencia del vecino país del norte, pero además debe luchar ahora por acotar el estigma de la opacidad que le está persiguiendo y procurar modificar la percepción que se está edificando en cuanto a que la candidata democrática es muy proclive a la opacidad y a las medias verdades.
Al hacerlo aún sea tardíamente, con la información de su estado de salud convalidada por un médico reconocido, la candidata demócrata se adelanta así al republicano Donald Trump, que asistió al programa de televisión del controvertido doctor Oz y es a partir de ese programa como está tratándo de afirmar que goza de muy buena salud, sin que exhiba mayores elementos de convicción, los que debería requerirse tratándose de un hombre septuagenario.
Trump ha evitado hasta ahora revelar demasiados detalles de su estado de salud, como tampoco ha publicado sus declaraciones fiscales, al contrario que Clinton, y hay que señalar que el esquema de transparencia de su estado de salud, asi como los asuntos fiscales no son una de las fortalezas de Trump, más lo que sí queda claro es que su equipo ha logrado que la comunidad del país vecino al norte empiece a perder intereses en su salud y en los asuntos fiscales por los que se la ha venido acusando en los últimos años.
La elección con los vecinos del norte se está tornando cada vez más rispida y más altisonante, con el ingrediente relativo al incremento en señalamientos personales, dejando atrás el debate. Hay que apreciar que quien ha dominado el manejo de los medios es Trump, quien ha sido incluso más opaco que Clinton, ocultando antecedentes y la veracidad de su estado de salud como también ha ocultado sus asuntos financieros y tributarios y no obstante está pegándole más a Clinton el ocultar la neumonía y no demostrar que el tema neurológico ha quedado atrás.
Con todo y sus peculiaridades y defectos, el patán y palurdo magnate neoyorquino sicofante de la política llamado Donald Trump está metido de lleno en la pelea por la Presidencia de Los Estados Unidos de América, ya se ha escrito mucho sobre lo sorprendente que ha resultado el proceso desde que hizo pública su aspiración y cómo devino desde ser apreciado como un absurdo por el simple deseo de expresarlo, hasta haber logrado con no demasiado egreso dejar fuera de la contienda interna del Partido Republicano a todo el resto de quienes aspiraban a la candidatura presidencial por el llamado ‘Great Old Party’ (GOP = Antiguo Gran Partido) la mayoría de ellos políticos con amplia trayectoria, vencidos por un inexperto e improvisado en la actividad política. Y resulta por demás impresionante cómo ha pasado de ser visto como un adversario muy débil frente a los aspirantes del Partido Demócrata y de estar muy abajo en los sondeos de opinión pública en relación a la posible intención de voto, a situarse en prácticamente un empate técnico con la candidata demócrata la Señora Hillary Rodham-Clinton.
Además de los esquemas poco ortodoxos de campaña y el discurso agresivo, que ha cautivado a su público conservador y ultraconservador radical, que han sido motivados a respaldar a quien les ofrece ‘recuperar América’ y volver a hacer de esa nación vecina mal llamada por sus pobladores América, el país más poderoso del mundo, señalando que el gobierno del Presidente Obama ha sido complaciente permitiendo que sea menoscabada su nación frente a otras potencias o conjunto de países, acusando al actual gobierno de ser débil y permitir agresiones así como pérdida de fortaleza ante el concierto mundial de naciones.
Restan todavía casi dos meses de campaña y seguramente se incrementará el tono de ataques entre los candidatos, siendo común en los procesos electorales del vecino país del norte que además de las cuestiones inherentes a planes y proyectos de gobierno, las campañas tengan una alta dosis de contenido dirigido a golpear a los adversarios en cuanto a sus asuntos personales.
Lo cierto es que de estar hasta hace pocos días muy claro que la favorita para alzarse con la victoria era la candidata del Partido Demócrata, superando al Republicano e indeseable Trump, tras la visita que hiciera a México este personaje a finales del mes de agosto, situación infortunada para los mexicanos pero que le resultó favorable al magnate neoyorquino, más el asunto de la duda en cuanto a la buena salud de la Señora Rodham-Clinton, el lenguaraz y nefasto Trump ha subido demasiado en las encuestas y sí tiene grandes posibilidades de ganar, lo que de ninguna manera es deseable para México.
Tras la ayuda que por la ocurrencia de Luis Videgaray le otorgó al payaso ahora empoderado como político, al haberlo invitado el Presidente Peña Nieto a México a ofendernos a domicilio, poco se está haciendo para evitar que siga creciendo, como si en realidad hubiese sido un plan perverso pactado y no una infortunada circunstancia y en el fondo el régimen de Peña esté ya apoyando al tal Trump por haber tenido información sobre el crecimiento y posibilidad de éxito del septuagenario del rubio copete o simplemente por ‘corazonada’ u ocurrencia.
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