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De héroes a villanos: los médicos que el presidente desprecia

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Por: Verónica Juárez Piña

Personal médico de las distintas instituciones de salud que estuvieron en la primera línea de batalla contra la COVID-19 en las distintas instituciones de salud pública, han pasado de héroes a villanos.

Luego de reconocerlos por su valentía y compromiso, ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador los desprecia y, como es su costumbre, emprende una campaña de escarnio público en su contra durante las mañaneras.

En 2020, personal de la Secretaría de Salud, IMSS, ISSSTE, INSABI, Sedena, Semar y Pemex fue condecorado en 2020 por el gobierno federal con la medalla “Miguel Hidalgo” por su heroísmo solidario y valentía, su sentido del deber y su actitud en la última línea de combate contra el nuevo virus SARS-CoV2, durante la ceremonia del 210 Aniversario de la Independencia de México, llevado a cabo en el zócalo de la Ciudad de México.

El 24 de agosto de 2021, este reconocimiento se repitió en Palacio Nacional. En el acto, el presidente expresó a quienes lo recibieron “felicidades…son heroínas, son héroes porque están atendiendo enfermos, a quienes han sido afectados por COVID…”

Hoy, el presidente acusa a las y los médicos mexicanos de no querer atender las convocatorias para ocupar plazas en clínicas y hospitales de zonas rurales por la formación neoliberal que recibieron y asegura que no hay especialistas suficientes para cubrir servicios médicos en regiones apartadas del país.

Por esa razón, anunció un acuerdo en materia de salud con el gobierno de Cuba para contratar en el país a 500 médicos cubanos, quienes ayudarán a reforzar la atención médica en el sistema público.

A decir de Radio Televisión Martí, “un cálculo promedio arrojaría que el régimen cubano recibirá aproximadamente 18 millones de dólares por el convenio con México. De acuerdo con el sistema de pago usado por Cuba, solo una ínfima parte de esa cantidad iría a parar a manos de los galenos”. (11 de mayo de 2022)

El convenio generó fuertes críticas del sector médico, entre ellos del Colegio de Medicina Interna de México, que sostuvo en un comunicado: “consideramos que de manera injusta se les ha relegado (a los mexicanos), privilegiando a médicos extranjeros, desconociendo también la capacidad académica de nuestras universidades. Junto con el gobierno todos los profesionales de la salud trabajamos y trabajaremos en la atención de los pacientes afectados por el covid-19, arriesgando incluso nuestras vidas y las de nuestras familias. En muchas ocasiones inclusive comprando nosotros mismos los equipos de protección personal”.

El gobierno mexicano repite así una estrategia fallida durante la emergencia sanitaria, cuando la Ciudad de Médico contrató a casi 600 médicos cubanos para atender pacientes COVID-19, pero nunca se confirmó que en verdad hubieran operado en los hospitales de la ciudad, a pesar de que por estos servicios se pagó más de 250 millones de pesos, a decir de Indepent en Español. (11 de mayo de 2022)

Para justificar esta decisión, el gobierno presenta argumentos falsos, pues de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud en México sí hay médicos suficientes.

El problema es que no hay plazas para contratarlos, además de otras cuestiones de peso que han deteriorado el sistema de salud en el país, cuya responsabilidad corresponde al gobierno federal, como el insuficiente presupuesto destinado al sector, la escasez de medicamentos, el deterioro de la infraestructura médica, la falta de mantenimiento a clínicas y hospitales y la corrupción que prevalece, entre otras

Un grave problema es la inseguridad. Varias regiones rurales del país están controladas por el crimen organizado ante la complacencia del gobierno federal. Enviar médicos y residentes a las clínicas rurales, sin la debida protección, es exponerlos a la violencia, extorsión y el crimen.

Antes de emprender un escarnio público contra las y los médicos mexicanos, López Obrador debería cumplir su responsabilidad de abrir más plazas, incluso más que las ya anunciadas, ofrecer un salario digno y garantizar su seguridad para no entregarlos a las garras de la delincuencia.

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