EFE
Valentino ha echado el cierre a la Alta Costura de París, la primera pasarela tras el confinamiento, organizada de manera virtual, una experiencia que, sin la magia del directo, se ha democratizado visualmente. El cambio era necesario, pero cierto es que esta costura solo tiene sentido con exclusividad.
Si Coco Chanel levantara la cabeza, «se volvería a morir», como dirían nuestras queridas abuelas. Nadie se podía imaginar que en solo unos meses, la alta costura, el bastión de la industria textil, se desdibujara y perdiera el secretismo y la exclusividad visual de la que ha sido dueña durante décadas.