En México, una de cada mil personas puede tener un trastorno de desarrollo sexual sin saberlo, afirmó el doctor José Elías García Ortiz, jefe de Laboratorio de Diagnóstico Bioquímico de Enfermedades Lisosomales de la División de Genética, del Centro de Investigación Biomédica de Occidente, del IMSS, durante el panel inaugural del Encuentro de Género “Sobre lo cyborg, lo posthumano y las realidades mexicanas”.
García Ortiz se dedica a determinar biológicamente qué tipo de sexo se puede asignar a las personas que nacen con trastornos como el hermafroditismo o testículos no descendidos, y asegura que la ciencia puede definir si alguien es hombre o mujer, pero es la sociedad la que exige a ese individuo que demuestre que realmente corresponde a ese género.
El médico afirmó que hay casos en que no es posible establecer si la persona es niño o niña, pero puede ser tratada médicamente para redefinir su género. En este proceso, lo más difícil es que las familias lo acepten, es decir, el genetista puede determinar qué es lo mejor clínicamente para ese bebé, pero son los padres quienes rechazan tal condición por machismo o por costumbres.
“El género no se determina por la presencia de genitales masculinos o femeninos, es un concepto arcaico; tampoco sabemos qué lo determina. Hay estudios que investigan los factores genéticos, pero es la familia, primero y luego, la sociedad, la que asigna a una persona el género”, explicó.
En el encuentro, los especialistas analizan lo que llaman “La nueva esclavitud del género”, que se manifiesta de manera concreta y tangible al mantener y reforzar los estereotipos de género para mujeres y hombres, ya que da dividendos y privilegios a la economía, a las clases sociales y al sistema neoliberal.
El maestro Alfonso Hernández Rodríguez, investigador del Centro de Estudios de Género del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), afirmó que existe un uso del cuerpo de la mujer y del hombre para buscar modificarlo y hacerlo más agradable ante la propia persona y la sociedad. Por ello el auge de las tecnologías que lo modifican para “mejorarlo”, cuidarlo o rejuvenecerlo mediante cirugía, medicalización, hormonas, e incluso la moda.
El cuerpo es, además, sometido a un espectáculo a través de rituales como la ceremonia de XV años hasta los baby shower, y la transacción por el secuestro de personas y migrantes, la trata de mujeres, la pornografía y la pederastia con el turismo sexual.
El encuentro, organizado por el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y que se desarrolla en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), concluirá este martes 29 de noviembre. Desde las 9:00 horas, habrá conferencias, presentaciones de libros y proyección de videos.
