La emergencia sanitaria por la COVID-19 ha ocasionado importantes problemas económicos para quienes han perdido sus empleos formales. Un ejemplo de ello es que de enero a mayo, cerca de un millón de personas retiraron 6,685 millones de pesos provenientes de sus recursos para el ahorro. Esto representa un crecimiento del 47.8% en relación al mismo periodo del 2019.
Así lo revelaron datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), organismo que también informó acerca de que éste es el monto de retiro parcial acumulado por desempleo más alto para los primeros cinco meses del año desde el 2005.
Durante el 2009, año en que también se presentó una importante crisis financiera, el registro en relación a las Afores indicó una salida de 2,440 millones de pesos por desempleo, es decir, 69.8% más que en el periodo de enero a mayo del 2008.
Las personas que perdieron sus trabajos durante el periodo de crisis sanitaria han recurrido a la solicitud de ayuda por desempleo, la cual consiste en un retiro parcial de su Afore. El mes en que más se sacó dinero fue en abril, cuando la cantidad sumó 1,591 millones de pesos, 2.2% más que en mayo.
Según la Asociación Mexicana de Afores (Amafore), los trabajadores que se hayan quedado sin empleo tienen el derecho de tramitar la ayuda 45 días después de haber perdido la plaza, mientras que la el retiro será menor al 11.5% de sus activos en su cuenta.
Del total de retiros por desempleo que se realizó durante los primeros cinco meses del año, cuatro afores concentraron el 69%, es decir, un total de 4,595 millones de pesos. Estas fueron XXI Banorte (1,198 millones), Coppel (1,382 millones) Citibanamex (1,011 millones) y Azteca (1,003 millones de pesos). La explicación más relevante de esto son los datos que ha dado a conocer el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en relación a la pérdida de empleos formales durante la emergencia sanitaria, ya que en los meses de marzo, abril y mayo 1,030,366 personas se han quedado sin un trabajo
