Por Salvador Echeagaray, Docente UAG
¿Le ha, acaso parecido, estimado lector, que en este confinamiento el tiempo pasa más rápido? Creo que esa es la opinión más generalizada. Tal vez, para otros, el tiempo sea más pesado y lento. Sin embargo, el tiempo o, lo que llamamos tiempo, “pasa igual”.
Tiempo lo define Aristóteles, como “la medida del movimiento”. Los seres humanos con nuestra inteligencia usamos instrumentos para medir ese movimiento. De esa manera tenemos gran variedad de relojes, desde, el de sol, hasta los digitales.
Pero, esa sensación de que el tiempo pasa más rápido o lento, es lo que se llama “tiempo psicológico”. Si alguien está divertido experimenta que el tiempo pasa rápido o, si está aburrido, lento.
Lo curioso es que, como dijimos al principio, me ha tocado escuchar que, el tiempo, en este encierro, se ha sentido que “pasa más rápido”. En lo personal considero que se ha perdido, más bien, la noción del tiempo.
Antes teníamos bien delimitado “nuestro tiempo”. De lunes a viernes despertarse temprano para salir al trabajo. Llevar niños a la escuela; ir por ellos, después.
Luego, teníamos bien definido el sábado y el domingo. Ahora con el confinamiento, los días parecen iguales. La paradoja estriba, en que, debería sentirse que el tiempo ha pasado lento y, no rápido, pues, ya vamos para un año de pandemia y sigue el tiempo andando.
– ¿De qué escribiste hoy?
– De que el tiempo, en este encierro ha pasado muy rápido.
– Pues, para ti, porque, “verte todo el tiempo” me ha parecido, una eternidad.
¡¡¡PLOP!!!
