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Sí, te puedes morir de un corazón roto

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Antes de que Zayn Malik decidiera dar una patada en el estómago al bubblegum pop y a cientos, miles, ¡millones! de adolescentes (la adolescencia llegaba hasta los 30, ¿no?), One Direction brincaba en los escenarios de medio mundo preguntando Where Do Broken Hearts Go?. Si la banda británica hubiera puesto la cuestión en manos de Alejandro Sanz, habría descubierto que los corazones partíos estaban haciendo cola en la farmacia de guardia más cercana, en busca de un paquete de tiritas.

Aun incluyendo tres tarrinas de helado, pizza y nachos con queso y guacamole, se les habría quedado corto aquel botiquín para rupturas sentimentales. Porque, de acuerdo con una investigación conducida por miembros de la Universidad de Aarhus, el sufrimiento psicológico que conlleva un corazón roto aumenta de manera significativa el riesgo de padecer fibrilación auricular.

Tras estudiar 88.162 casos y de realizar más de 886.120 seguimientos entre los pacientes de la sanidad pública danesa, concluyeron que la muerte de un compañero sentimental acrecentaba la probabilidad de experimentar alteraciones cardiovasculares que desembocaran en arritmias cardiacas. Detectaron, a su vez, que los más propensos a transformar el dolor emocional en enfermedad física eran los jóvenes (o aquellos por debajo de los 60 años de edad) y aquellos cuyas pérdidas habían resultado sobrevenidas. Durantes las dos primeras semanas posteriores a la desaparición, el nivel de estrés generado por el shock incrementaba en un 41 por ciento con respecto a quienes no estaban de duelo el riesgo de alterar el ritmo cardíaco. Había de pasar un año para que la situación se equiparara a la de un persona sana.

La próxima vez que te destrocen el corazón, rompas a llorar al ver el nombre de su calle y te acusen de drama queen, ya sabes qué hacer. (Encuadernarle el estudio, refugiarte en los hidratos, y solicitar una lápida en la que ponga «Os dije iba en serio»). (La alternativa, ciertamente mucho más recomendable, es que desfogues en el gimnasio con esta lista de canciones). (Renuncia a la lápida). (Quédate con los hidratos).

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