El sacerdote argentino Eduardo Lorenzo se suicidó la noche del lunes con un disparo en la cabeza, tras las acusaciones de abusar sexualmente de al menos cinco adolescentes.
De acuerdo con la Policía, el cuerpo del prelado y excapellán del Servicio Penitenciario bonaerense fue encontrado en la oficina de Cáritas en la Plata, horas antes de que el juez de la causa había ordenado su detención, según informó la agencia Télam.
Las investigaciones señalan que entre 1990 y 2008 el sacerdote fue acusado de corrupción de menores y de abuso sexual de adolescentes de entre 14 y 15 años de edad, quienes concurrían a iglesias de la localidad platense de Gonnet.
Víctor Manuel Fernández, obispo de La Plata, señaló en un comunicado que el religioso se quitó la vida tras largos meses de “tensiones” y pidió oraciones por el prelado, lo que indignó a organizaciones que luchan contra este tipo de abusos a menores de edad.
Es el caso de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico de Argentina, al indicar que la muerte de Eduardo Lorenzo “no repara el daño” y se confirma que las acusaciones de los menores contra el prelado de abusos sexuales siempre fueron ciertas.
Psicólogos que analizaron el caso del sacerdote Eduardo Lorenzo por orden del juez, indicaron que éste era egocéntrico y manipulador y que inclusive a estos especialistas trataba de dominar con su lenguaje y alzando la voz.
