Tras sufrir numerosos retrasos y aplazamientos, hacer cambios de guiones y malabares con las cuentas de producción, la industria audiovisual española se blinda contra la covid-19 con exhaustivos protocolos de seguridad. «No podemos permitirnos un positivo en el equipo», declara a Efe el director Israel González.
«El positivo de un técnico obligaría a poner en cuarentena a una parte del equipo, pero si el contagio se produce entre los actores, la filmación se paralizaría. Habría que esperar a que los contagios se pasaran y volver a poner todo de nuevo en marcha, y eso afecta mucho a nivel económico a la película», explica González, que rueda actualmente la película «La vida que no es nuestra».