Por: Carlos E. Martínez Villaseñor
Pareciera increíble que en pleno siglo 21, no se busquen mecanismos y estrategias, en combate a la gran contaminación que como humanos generamos en el día a día.
Ejemplo tenemos miles, desde la gran masa de plástico que se encuentra en el Océano flotando, hasta nuestros glaciares que sufren consecuencias del calentamiento global, tornados y huracanes que arrasan todo a su paso, CO2 en grandes ciudades, incendios, inundaciones, flora y fauna en vías de extinción… el marco es inmenso, pero la intervención sigue pendiente.
Sin irnos muy lejos, pero sí enfrentando el tema, nuestro Estado de Jalisco tiene un grave, quizás enorme problema de contaminación en el Río Santiago. Este río desde hace más de una década, sí 10 años, presentaba ya altos niveles de plomo, arsénico, mercurio y cadmio, entre otros elementos peligrosos para el consumo humano. ¿Qué ocurría para que no se hiciera nada? ¿Quiénes estaban o están involucrados como para no hablar del tema?… Así uno de los ríos más importantes del país y del Estado.
Quienes realizaron uno de los estudios que revelaron esa situación, fueron miembros de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y la Comisión Estatal del Agua de Jalisco (CEA), como una “Propuesta metodológica para la implantación de una batería de indicadores de salud que favorezcan el establecimiento de programas de diagnóstico, intervención y vigilancia epidemiológica en las poblaciones ubicadas en la zona de influencia de la Presa Arcediano en el Estado de Jalisco” (según su misma fuente).
Imaginemos los grandes problemas que esto lleva a tener hoy en día, a los pobladores aledaños, cuando hasta la misma espuma del río pareciera de efectos especiales. El problema es tan grande, que las mismas dependencias tanto municipales, como estatales y federales, al igual que mandatarios de sexenios anteriores, no definen con claridad la ruta a ejercer. Hace unos días, el Gobernador Enrique Alfaro, aseguró lo siguiente: “haber realizado distintas acciones desde marzo de 2019, para la recuperación del río, como un hacer un registro de descargas; el cierre del relleno sanitario cercano a la cuenca llamado Los Laureles; reordenamiento territorial, así como medidas de salud a comunidades involucradas”.
Incluso la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ) tiene investigaciones al respecto, dadas las decenas de peticiones de pobladores que ya han sido afectados por esta contaminación sin límite. Aquí lo interesante: mencionó el Gobernador que existen 29 empresas ligadas con descargas de contaminantes a este río, entre ellas tequileras, farmacéuticas, alimentarias, automotrices y agrícolas… Es increíble saber, que tantas empresas y tantas fuentes de descarga de contaminantes, lo realizaban periódicamente sin que las autoridades supieran nada, como que nada pasa… hoy consecuencias graves. Lejos de un olor fétido, la evaporación de gases, espuma blanca, colores de todo tipo… ¿Quién o quiénes serán los responsables de la contaminación de este vital rio?… o quizá, ¿otra vez se quedará en el olvido?
El haber denunciado estas empresas ante la prensa, no es más que señalar directamente lo que se está haciendo, aquí el problema va a ser contar con la estrategia correcta para sanear y, sobre todo, dar respuesta a las personas que han sido dañadas de por vida, por estos contaminantes que estuvieron a la luz de las autoridades. Considerado uno de los ríos más contaminados de Latinoamérica, convertido en el vertedero de los impunes, de empresarios que disponían de linaje político o económico para realizar esta atroz hazaña durante décadas….
Ya ni los peces están ahí, porque en varias fotografías en planas locales, vimos cómo flotaban… pero ¿las familias que hoy habitan? es claro que las sanciones tienen que ser drásticas, sin manipuleo, sin descuentos ni rebajas. Lograrlo, solo quienes en verdad tengan la voluntad de hacerlo. No acabemos con algo, que hoy nos seguimos arrepintiendo, y quizás mañana, ya no exista.
