A raíz del ataque de tres palestinos contra dos agentes israelíes el pasado 14 de julio, el país del Medio Oriente, Israel, retiró los detectores de metales que habían colocado en los accesos a la Explanada de las Mezquitas, ubicada en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Luego de horas de debate, el gabinete de seguridad de Israel decidió anoche retirar los arcos detectores, cuya instalación había provocado protestas por parte de los palestinos, pero acordó sustituirlos por otras tecnologías avanzadas de inspección, según el diario Jerusalem Post.
Conforme a «la recomendación de todos los organismos de seguridad, el gabinete precisó que reemplazará los detectores de metales por “tecnologías más sofisticadas”, como cámaras de alta resolución capaces de detectar objetos ocultos.
El sistema de vídeo vigilancia inteligente con el que Israel pretende sustituirlos, costará unos 25 millones de euros y tardarán unos seis meses en colocarlo.
Por ahora, Israel reforzará la presencia policial en la zona hasta que el nuevo plan sea implementado en la Explanada de las Mezquitas, lugar sagrado para judíos y musulmanes, conocido también como Monte del Templo.
Tras conocerse la decisión, cientos de palestinos se reunieron cerca de una entrada a la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar más sagrado del islam, para celebrar la retirada de los arcos detectores.
La decisión de retirar los detectores se tomó después de una conversación entre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu y el rey Abdalá II de Jordania, el país que custodia los lugares musulmanes sagrados en Jerusalén.
La Explanada de las Mezquitas, que incluye la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa, es el tercer lugar más sagrado para el Islam (tras La Meca y Medina), mientras que para el judaísmo el Monte del Templo es el lugar más sagrado, debido a que ahí se encuentra el Muro de los Lamentos.
