Obras de Antonio Vivaldi, Camille Saint-Saëns, George Enescu, Ennio Morricone, Philip Glass y Ludovico Einaudi, entre otros, interpretará la reconocida violinista canadiense Angèle Dubeau, acompañada de su ensamble de cuerdas femenino La Pietà, este domingo en el Palacio de Bellas Artes.
La artista, quien detalló que en su quinta presentación en México ofrecerá lo mejor de su repertorio, música de sus compositores favoritos y ha seguido en su trayectoria de 40 años, destacó que lo recaudado en taquilla se destinará a la reconstrucción de la Casa de Ensayo del grupo teatral de Tehuantepec, en Oaxaca, destruida por el sismo del pasado 19 de septiembre.
Afirmó que será un honor regresar al Palacio de Bellas Artes, uno de los edificios más fascinantes dedicados a lo mejor de la música, y subrayó que el reportorio que interpretará junto a La Pietà “es ecléctico y va desde lo más clásico hasta la vanguardia minimalista. Quiero darle al público un toque sin límites”.
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) expuso que la gala se integrará por las obras “Danza Macabra”, de Camille Saint-Saëns; “Concerto per archi: Allegro”, de Antonio Vivaldi; “Life”, de Ludovico Einaudi; y “Old Toronto Klezmer Suite: The Rabbi’s Wedding at the Palmerston Street Shul”, de Srul Irving Glick.
Asimismo, la suite de “Las horas”, de Philip Glass; “I Giorni y Experience”, de Einaudi; “The Leftovers: Main Titles / Dona Nobis Pacem 2”, de Max Richter; “Princess Mononoke de Joe Hisaishi; Rapsodia rumana No. 1”, de George Enescu; y “La misión” y “Mi nombre es Nadie”, de Ennio Morricone.
Sostuvo que la música rompe barreras “es un lenguaje internacional, por eso la gente que no habla mi idioma o tiene mis mismas creencias entiende los sentimientos que quiero expresar”.
Angèle Dubeau nació en Saint-Norbert, Quebec, tomó clases con Raymond Dessaints en el Conservatorio de Música de Montreal y, más tarde, en Nueva York, aprendió con Dorothy DeLay en la prestigiosa Juilliard School of Music, así como de 1981 a 1984 estudió en Rumania con el pedagogo Stefan Gheorghiu.
Desde entonces, ha ganado varios concursos nacionales e internacionales y ha sido invitada por diferentes orquestas para interpretar los grandes conciertos del repertorio para violín, para lo cual comúnmente porta su Stradivarius «Des Rosiers», de 1733.
El INBA destacó en un comunicado que la violinista sobresale por su virtuosismo y musicalidad, pero también por sus dones poco comunes como comunicadora y su habilidad para conectar con las personas. Es una de las pocas violinistas clásicas en el mundo que han sido galardonadas con discos de oro.
Ha sido pionera en la programación y realización de conciertos de gala y programas de música semanales en televisión; reconoce sólo haber tocado una pieza de autores mexicanos, “Estrellita”, de Manuel M. Ponce; y desde 1995 es directora artística de la popular Fiesta de la Música de Tremblant, que cada año atrae a más de 35 mil personas.
