Por: Verónica Juárez Piña
La posición que hoy ocupa la Universidad de Guadalajara como una de las Instituciones de Educación Superior más importantes del país, no se entiende sin la visión de futuro que siempre caracterizó a Raúl Padilla López. Su rectorado sentó las bases de la modernización y ampliación de la UDG que hoy la colocan como una Universidad de vital importancia para el estado de Jalisco y un modelo a seguir para otras instituciones educativas.
Padilla López estaba convencido que la Universidad no sólo debería crear oportunidades de educación y desarrollo profesional para las y los jóvenes, sino también promover el desarrollo social, tecnológico y económico; al tiempo que se sumaba a los esfuerzos por resolver los cada día más complejos retos de la humanidad, como las problemáticas ambientales y de salud.
Bajo esa perspectiva incursionó en la política porque estaba convencido que ésta debería ser un instrumento para la construcción de acuerdos que sirvieran a la sociedad en su conjunto a través de decisiones innovadoras.
Porque en efecto, las acciones que Padilla López implementó durante su gestión y sus posteriores vínculos con la Universidad, rompieron las barreras regionales de la UDG y la colocaron en el radar de México y el mundo al grado de posicionar a Guadalajara como el epicentro de una iniciativa cultural que hoy es referencia global.
Bajo su coordinación, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara se fijó como misión “proporcionar a la población hispanohablante el mejor festival literario en nuestro idioma, y la posibilidad de tener acceso a la feria del libro más completa y más importante de Iberoamérica” y lo logró. Actualmente, la FIL es la segunda feria internacional más importante del mundo en su tipo.
En la edición 2022 asistieron a la FIL 806 mil 805 personas, entre ellos 184 mil 409 niñas y niños; hubo 132 actividades juveniles, estuvieron presentes 2 mil 183 sellos editoriales, así como 14 mil 197 profesionales del libro, y se contó con la presencia de 49 editoriales del mismo número de países.
Tan sólo en los resultados de estas tres tareas que siempre vinculó, la modernización de la UDG con una visión social, la creación de la FIL como un activo cultural y el ejercicio de la política como mecanismo de diálogo para la edificación de acuerdos; se destaca la figura del exrector como un constructor de instituciones.
En tiempos en los que, con acciones autoritarias, se busca desmontar los avances que nuestro país ha construido durante décadas, quienes abrevamos y participamos de los esfuerzos de Raúl Padilla López por impulsar la educación, la democracia y las instituciones, debemos no sólo preservarlos, sino continuarlos. Con ese compromiso, sin duda, honraremos su memoria.
