Este jueves en el Congreso de la Ciudad de México se propuso reformar el párrafo primero del Artículo 127 del Código Penal local para despenalizar la eutanasia activa, ya que en la actualidad dicha acción se encuentra tipificada como delito con sanciones que van de los dos a los cinco años de prisión.
La diputada Gabriela Quiroga recordó que la legislación penal de la Ciudad de México contempla un tipo atenuado con requisitos específicos sobre el tema de la eutanasia activa, por lo que la modificación conservaría los elementos normativos que prevé la legislación original.
Sin embargo, precisó que prevé cambios en la redacción del precepto con el objetivo de suprimir la pena establecida y en su lugar instituir una excusa absolutoria.
“El objetivo de esta iniciativa es establecer la despenalización absoluta de la conducta, no se busca regular la eutanasia activa puesto que ello escapa de la competencia de este Congreso, lo que se plantea es consignar los supuestos para que dicha conducta quede exenta de sanción”, explicó.
Al presentar la propuesta en tribuna, la legisladora del Partido de la Revolución Democrática (PRD) sostuvo que la eutanasia activa se refiere a terminar deliberadamente con la vida de una persona que desde una cuestión humanitaria se hace para poner fin al sufrimiento personal y familiar derivado del padecimiento de una enfermedad incurable o en fase terminal.
“Es importante mencionar que en regiones del mundo en las que sí se permite este tipo de práctica se partió de la premisa de que contrario a lo que señala un sector de la doctrina y grupos conservadores, la eutanasia activa trae consigo beneficios que principalmente se centran en despenalizarla en casos concretos como los enfermos que se encuentran en circunstancias penosas y aquellos en fases terminales”, explicó.
La legisladora perredista añadió que diversos especialistas han sostenido que se debería permitir a una persona decidir sobre poner término a sufrimientos innecesarios y degradantes que no le permiten llevar una vida digna y que atenten contra el libre desarrollo de su personalidad y su dignidad.
“La muerte es un hecho natural que todos experimentaremos, el debate debe entonces concentrarse en si se debe o no prolongar la vida sometida al paciente, a sus familiares a un proceso insufrible, conociendo el deterioro que generan los diagnósticos terminales o pronósticos poco favorables”, agregó.
La propuesta fue integrada en el Diario de los Debates y turnada para su análisis y dictamen de las comisiones Unidas de Administración y Procuración de Justicia y Salud.
