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Prohibición del matrimonio infantil, un paso más en la defensa de los derechos de las niñas y mujeres

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Por: Verónica Juárez Piña

Coordinadora GPPRD 

Cámara de Diputados 

En el Día del Niño y al cierre del segundo período ordinario de sesiones del primer año de actividades de la LXIV Legislatura, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de la Minuta de reformas al Código Civil Federal para prohibir el matrimonio infantil, mismo que ya fue enviado al Ejecutivo Federal para su publicación en el Diario Oficial. En cuanto esto suceda, dicha prohibición entrará en vigor.

Este fue un dictamen de la Comisión de Justicia, y en mi calidad de secretaria de la misma, a nombre de las y los diputados integrantes, me correspondió fundamentarlo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “el matrimonio infantil es una violación de todos los derechos de las niñas y niños, los obliga a asumir responsabilidades para las cuales no están ni física ni psicológicamente preparados. Las niñas que son obligadas a casarse se ven atrapadas para el resto de sus vidas en una realidad que equivale a la esclavitud”.

Cabe mencionar que la Minuta que nos correspondió dictaminar se votó por unanimidad en el Senado de la República, pero también cabe decir que esta lucha no inició hace meses, fueron decenas de iniciativas que se presentaron en distintas legislaturas, que enfrentaron grandes resistencias, por lo que su aprobación es digna de celebrar.

Ya que además de representar la lucha de muchas legisladoras y legisladores, de organizaciones civiles y de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, representa una respuesta clara y contundente para evitar que las niñas, principalmente, se separen su familia, amigas y amigos.

Que no interrumpan su educación, pues una vez casadas las niñas, en la gran mayoría de los casos, abandonan la escuela. Para que tengan más oportunidades, para evitar malos tratos, esclavitud, prostitución, violaciones sexuales, problemas de salud, por ejemplo embarazos prematuros, lo que conlleva a un alto riesgo tanto para la madre como para el hijo.

Y alguien pudiera decir que eso no pasa, pero de acuerdo Save the Children, en México más de 6.800.000 mujeres de entre 12 y 17 años contrajeron matrimonio o viven en concubinato, la mayoría con hombres mayores que ellas. El organismo asegura también que en 2017 se registraron 2,725 casos de niñas, niños y adolescentes que contrajeron matrimonio.

Asimismo, que del total de matrimonios de personas menores de 15 años que tuvieron lugar en el país, el 100% fueron de niñas y adolescentes mujeres, no se registraron matrimonios de niños y adolescentes hombres menores de 15 años. 4 de cada 5 niñas y adolescentes (90%) entre 13 y 15 años se casaron con hombres mayores de 17, y 5.5% con hombres mayores de 30 años.

En promedio, se casan 60 veces más mujeres menores de 15 años que hombres y 6 veces más mujeres de 15 a 17 años que hombres.

Al hablar de la dolorosa realidad que enfrentan las niñas que atraviesan esta circunstancia, en una investigación realizada al respecto, la organización Comunicación e Información de la Mujer(CIMAC) afirma que “al escuchar diversas niñas y mujeres hablando sobre situaciones vividas, lloraron al percibirse a ellas mismas contar sus historias; de ser arrancadas o expulsadas del hogar, dejar el sueño de un aula por una realidad de trabajo, parir, golpes y envejecimiento prematuro. Todas estaban conscientes que, de haber postergado la maternidad, de haber podido elegir, de haber estudiado, su vida sería diferente.”

Por esa razón, la reforma, que hoy ya es una realidad, constituye un resarcimiento de una larga deuda para los derechos de las y los niños en nuestro país. Esta es la realidad en la vida de niñas y mujeres en muchas partes del país y cambiar las leyes es sólo el primer paso; lo que sigue es transformar las sociedades, hacer conciencia de que, si cortamos la raíz de la violencia materializada contra las niñas en el matrimonio infantil, podremos mejorar las condiciones de vida de futuras generaciones.

Ahora queda lo más difícil. Evitar que este tipo de matrimonios sigan sucediendo en México. Cambiar la idiosincrasia de las y los mexicanos, quienes piensan en pleno siglo XXI que las niñas y las mujeres siguen siendo una moneda de cambio. Terminar con el matrimonio infantil requiere de la participación de todos los sectores para asegurar que esta práctica nociva no siga afectando el desarrollo de las niñas. Queremos que cada niña sea libre para aprender, libre para vivir, libre de violencia y libre de peligro.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2