El presidente de Brasil, Michel Temer, negó hoy que su gobierno vaya a cerrar la frontera con Venezuela en el estado de Roraima, como dijeron autoridades locales para aplacar el descontento popular, y apuntó que “nuestra política es de apoyo a los refugiados desde el primer momento”.
El gobernador electo de Roraima, Antonio Denarium, nombrado interventor en este estado amazónico del extremo norte de Brasil, había prometido este mismo lunes frenar la llegada de venezolanos, que “comprometen el orden público”.
Más de 127 mil venezolanos entraron en Brasil por tierra desde 2017, según datos del gobierno nacional, aunque las autoridades federales aseguran que el 60 por ciento de ellos salió con destino a un tercer país de América del Sur.
El gobierno electo de Roraima, que asumirá en enero, prometió que pondrá freno a la inmigración venezolana, por considerar que los servicios sociales del estado en materia de educación y sanidad están saturados por la llegada de miles de personas.
La situación en Venezuela es uno de los asuntos centrales de la política exterior del presidente electo Jair Bolsonaro, quien tildó el domingo de “dictadura” al régimen de Nicolás Maduro, y admitió que habló con Estados Unidos de la situación en el país sudamericano.
Bolsonaro rechazó que Brasil vaya a participar de una eventual acción armada para derrocar a Maduro, e insistió que su Ejecutivo, del que formarán parte varios militares, “buscará una solución pacífica”.
