¿Te ha pasado que cuando te da vergüenza la cara se te pone colorada como un jitomate? Esto ocurre porque los datos sanguíneos en nuestra piel se dilatan y permiten que corra sangre hacia la zona que irrigan, lo cual provoca que aparezca ese modesto color rojo en el rostro que nos pone en evidencia frente a los demás.
Sin embargo, los científicos no han encontrado todavía una respuesta sobre la función del sonrojo, sigue siendo un misterio.