Después de haber estado pendientes de desfiles en Milán, Nueva York o Madrid, todas las modelos tienen algo en común que despierta el interés de quienes las observan con atención: ninguna de ellas sonríe mientras desfila. ¿Por qué? ¿Porque las top models no dedican ni un ápice de simpatía a su público?
Pues según explican algunos profesionales del sector, la clave de su seriedad está en que ellas sólo quieren mostrar la ropa, no sus rostros.
Venden moda, pero no sonrisas. No sonríen para pasar inadvertidas y que la atención se centre únicamente en las prendas que lucen. De hecho, incluso algunas modelos han confesado que piensan en cosas tristes para meterse en su papel y así evitar sonreír mientras cruzan la pasarela.
Sin embargo, la historiadora de moda Lydia Kamitsis asegura que la seriedad en las modelos no ha estado siempre presente en las pasarelas : »En los 60, cuando las colecciones comenzaron a ser presentadas en los desfiles, las modelos sonreían a menudo, reían e incluso bailaban al son de la música», explicaba la teórica a El País.
Iconos de la moda como Cindy Crawford o Claudia Schiffer dedicaban una amplia sonrisa a las cámaras durante sus paseíllos, tenían su personalidad propia y era pura seducción sobre la pasarela.
Pero las cosas han cambiado. Ahora las modelos guardan todas sus sonrisas para sus followers. La tendencia es sumar seguidores lejos de las pasarelas, aumentar fans en las redes sociales, publicando incesantes imágenes de sus trabajos, campañas publicitarias fotos de su vida cotidiana. Y no es una mala técnica.
Las modelos más populares del momento como Kendall Jenner o Gigi Hadid suman 66 y 23 millones de followers respectivamente. Unas cifras de vértigo que se alejan por completo de lo establecido hace años cuando el público acudía a un desfile para ver a Naomi Campbell en directo. Aunque la seriedad no es del gusto de todos, se ha instalado con fuerza en las pasarelas. Esperemos que próximamente esta tendencia cambie.
