Un centenar de ovejas se apropió de los alrededores del famoso jardín de las Tullerías en París.
Lo anterior es una protesta con la que la Confédération Paysanne, el sindicato francés de agricultores, exige actuar a las autoridades ante el creciente número de ataques de lobos a los rebaños cada año.
Unos 50 granjeros y pastores de distintas regiones de Francia, acompañados de 100 ovejas, obligaron al cierre del turístico jardín, ubicado frente al Museo del Louvre, para llamar la atención del Ministerio de Agricultura.
El sindicato está preocupado por el aumento desmedido de la población de lobos y, por ende, de los ataques a ovejas y otros rebaños cada vez más frecuentes en todo el país.
Según las cifras de la confederación, desde enero y hasta finales de noviembre se registraron 2 mil 570 ataques en todo el país que costaron la vida a unos 9 mil 150 animales, en su mayoría rebaños de ovinos, pero también de bovinos, equinos y perros guardianes.
Sebastien Guenac, pastor en la zona pirenaica de Ariège, subrayó que la población de lobos crece a un ritmo anual del 20 por ciento y que la autorización concedida este año para matar a 20 ejemplares no es suficiente si se tiene en cuenta el ritmo al que se reproducen.
Por ello, reclaman al Gobierno que se retire al lobo de la lista de las especies protegidas para permitir su caza y controlar su población, y que se otorguen ayudas económicas a los pastores por sus gastos en medios de protección contra los ataques.
También exigen la creación de brigadas de intervención repartidas por todo el país que regulen los daños causados por estos animales en caso de depredación, e insiste en que Francia proponga ante la Unión Europea que el lobo sea retirado del Convenio de Berna, que regula su especie como una en peligro y prohíbe su caza.
Las regiones más afectadas son las más cercanas a la frontera italiana, en especial los departamentos de los Alpes Marítimos y de Alpes de Haute Provence.
Un total de mil 95 de esas víctimas se dieron en los 428 ataques que tuvieron lugar en los Alpes de Haute Provence.
Guenac explicó que planean quedarse al menos tres días, hasta que haya alguna resolución del Gobierno.
«El lobo era una especie amenazada y su estatus hoy debería replantearse, porque ya no está en peligro, se ha reforzado», explicó.
«Nosotros no reclamamos la exterminación de los lobos, sino el mantenimiento y desarrollo de una ganadería que mantenga vivo el territorio, cree empleo y produzca alimentación de calidad», añadió el sindicato en un comunicado.
