Por: José Ángel Gutiérrez
El proceso de selección del nuevo Auditor Superior del Estado, que se lleva a cabo desde hace días en el Congreso del Estado, comienza a derivar -como siempre- en inconformidades por parte de organismos ciudadanos y cúpulas empresariales que nuevamente, creyeron que ya habían dominado a ese pulpo que representan los diferentes grupos políticos que controlan el escenario público local.
A los que deciden desde el Sanedrín o desde la mesa de gobernabilidad -llámenle como quieran- no les urge que en estos días y en el actual proceso salga el nuevo auditor.
De ahí que el camino está trazado, como lo mencioné el lunes en mis redes sociales, para que más allá de nuevas convocatorias, se declare un interinato en la Auditoría Superior del Estado (ASEJ) en la persona de María Teresa Arellano Padilla, actual Auditora Especial de Cumplimiento Financiero, persona además de todas las confianzas del aún Auditor General Alonso Godoy Pelayo.
Y nadie puede darse por sorprendido, salvo que quiera transmitir un dejo de inocencia.
Los que deciden en ese gran sanedrín no se iban a dar un balazo en el pie. Tampoco iban a sacar un proceso abierto sin antes lograr los amarres correspondientes.
Y los pretextos sobrarán. El principal será que de nada serviría nombrar un nuevo auditor sin antes realizar una reforma de fondo en materia de auditoría fiscal. Y nadie podrá matarles el argumento.
Las buenas cartas y la capacidad de la terna que al final llegó a la votación, de momento salen de sobra.
Y como la reforma referida tardará, insisto en lo dicho en mis redes: lo más seguro es que la auditora interina estará en el cargo mucho más de tres meses. Un año quizás?
Pero regresando a los organismos ciudadanos, empresarios y compañeros periodistas que han empujado para el cambio del auditor, los chamaquearon otra vez?
No creo. En sus exigencias algo de avances lograron. No les alcanzará para ver un nombramiento limpio y transparente del nuevo auditor, pero sí verán algo de frutos.
Y tampoco se pueden dar por engañados. Sería como decir que no sabían a qué se enfrentaban o que desconocían los formulismos y gran cantidad de salidas que existen en el Congreso para este tipo de procesos.
Sin incurrir en actos ilegales, los diputados siempre encontrarán la mejor de las salidas.
Quieren que esto ya no ocurra? No hay de otra…. éntrenle!!!!
Uno de mis mayores deseos es ver que en próximos procesos electorales aparezcan los nombres de quienes empujan por estos cambios. Y digo uno, porque otro deseo superior es que -de llegar a esos cargos- continúen en el mismo objetivo y no terminen sucumbiendo ante los grupos de poder.
