Miles de opositores se congregaban para marchar el lunes en las principales ciudades de Venezuela hacia las sedes del árbitro electoral, exigiendo elecciones adelantadas, en un nuevo intento para sacar del Gobierno al presidente Nicolás Maduro a quien culpan de la aguda crisis económica que sufre el país.
Sin embargo, la primera protesta opositora del año no atraía a grandes multitudes, pese a que coincide con una importante conmemoración para la democracia venezolana: el aniversario del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958.
«Hoy es un día de lucha en Venezuela», dijo Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la alianza opositora MUD, desde Barquisimeto, donde acudió para mostrar su respaldo al arzobispo de la ciudad cuya residencia fue atacada recientemente tras criticar al Gobierno.
«Los demócratas venezolanos vamos a estar en todo el país tomando la calle y diciendo que ahora es que hay venezolanos dispuestos a echar el resto por la democracia, por la libertad, en paz y por la paz», agregó.
Venezuela atraviesa una de las peores crisis de su historia reciente con la inflación más alta del mundo, recesión económica, constantes fallas en los servicios públicos y una escasez de bienes que obliga a miles de personas a formarse en enormes colas en búsqueda de alimentos, medicinas y repuestos.
Maduro niega que su gobierno socialista sea el responsable de la crisis, y argumenta que sus detractores sabotean su gestión.
En marchas previas, las fuerzas de seguridad han impedido que los manifestantes lleguen hasta la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE).
En octubre del año pasado, acatando polémicas sentencias de tribunales regionales, el CNE paralizó el referéndum con el que la oposición pretendía revocar el mandato de Maduro antes de que concluya formalmente, en enero del 2019.
Además, los opositores están presionando por la liberación de los que consideran presos políticos y por las fechas para unas elecciones regionales y municipales que el CNE pospuso para la primera y segunda mitad del año, respectivamente.
«Pedimos revocatorio y nos lo quitaron, pedimos elecciones regionales y no nos las quieren dar. Este Gobierno tiene miedo de medirse en elecciones y el CNE es el instrumento que usan para evitarlas», se quejó Zoraida Castro, un ama de casa de 46 años en la sureña Ciudad Bolívar.
Por su parte, los seguidores del Gobierno marcharán hacia el Panteón Nacional, en el centro de Caracas, acompañando el traslado de los restos del guerrillero izquierdista Fabricio Ojeda, asesinado en 1966, según sus familiares, por una orden presidencial.
