Por: José Ángel Gutiérrez
En Guadalajara, con miras a 2018, nada es seguro para nadie en estos momentos. El partido que gobierna la capital de Jalisco mantiene ligera ventaja, pero no le garantiza refrendar en el próximo trienio.
En la elección del próximo año, la Presidencia Municipal de Guadalajara será muy disputada entre tres fuerzas políticas: Movimiento Ciudadano, el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional.
Para fines prácticos, lo más relevante es que el blanquiazul vuelve al mapa electoral en condiciones de competitividad y sus posibilidades dependerán de que sus dirigentes no se equivoquen en la designación del candidato y en la definición de posibles alianzas.
En algunas encuestas realizadas entre habitantes de Guadalajara, el 32 por ciento de los encuestados manifiesta su preferencia por el Partido Movimiento Ciudadano; 30 por ciento, por el Revolucionario Institucional y 20 por ciento por el Partido Acción Nacional. Considerando que en 2015 apenas obtuvo 9.25 por ciento de los votos, podemos afirmar -insisto- que a tres años el PAN vuelve a ser competitivo.
Al momento, el personaje más conocido entre los tapatíos por el Partido Movimiento Ciudadano (PMC) es Ismael del Toro, actual coordinador de ese instituto político en el Congreso del Estado. Por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Miguel Castro Reynoso quien funge como Secretario de Desarrollo e Integración Social en el gobierno del Estado y, por el Partido Acción Nacional (PAN), Fernando Garza Martínez, quien ya fue Alcalde en otra ocasión y fungió como Secretario Particular del ex gobernador Alberto Cárdenas Jiménez.
Mucho puede suceder, pero hoy por hoy este es el panorama: ni Movimiento Ciudadano tiene seguro el refrendo, ni el PRI se convierte en la única alternativa. El PAN empuja más fuerte de lo que se pensaba e incluso, de lo que los propios panistas creían.