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Moldavia una economía devastada, con un puerto fluvial de primer nivel

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La economía moldava está en condiciones desastrosas. Este pequeño estado de Europa del Este, que sobrevive sobre todo gracias a las remesas de los migrantes, es desde hace años el más pobre del continente.

Sin embargo, en el sur del país, en la frontera con Rumanía y Ucrania, existe una estructura muy moderna que puede dar un importante empujón a las finanzas del país y de toda la región: el Puerto Libre Internacional de Giurgiulesti (GIFP por sus siglas en inglés).

«Moldavia no tiene acceso directo al mar, pero sin embargo cuenta con un puerto fluvial que no tiene nada que envidiar a los principales puertos de la zona. Antes Moldavia dependía de los países vecinos para las exportaciones”, explica el alemán Mathias Von Tucher, el director de operaciones de GIFP.

“Actualmente, sin embargo, opera de forma independiente gracias a nuestros servicios. Danube Logistics, la compañía para la que trabajo, ha hecho cosas importantes en esta región», agrega.

GIFP, en el municipio de Giurgiulesti, sobre el río Prut, a menos de un kilómetro de la confluencia con el Danubio y a 134 kilómetros del mar Negro, es el puerto más grande de Moldavia.

Fue en 2004 cuando Danube Logistics, con sede en Viena, realizó inspecciones en el área y firmó acuerdos con el gobierno moldavo para crear una zona económica libre y un puerto franco internacional.

“En 10 años de actividad a plena capacidad, nosotros y nuestros socios invertimos más de 65 millones de dólares en el puerto”, añade el director.

Señala que alojan a “más de 50 empresas para un total de aproximadamente 450 empleados. En 2018 pasaron por aquí un millón de toneladas de mercancías, una cifra más que respetable para un puerto fluvial».

El GIFP se distribuye en 55 hectáreas, principalmente a lo largo del río Prut, afluente del Danubio. Este río marca la frontera con Rumanía a lo largo del Danubio, y en una parte muy pequeña a lo largo de la frontera con Ucrania.

Así, cuenta con una posición geográfica estratégica que facilita el paso de mercancías con los dos países vecinos, pero también con los 10 países bañados por el Danubio hasta Alemania.

Y aún más: el puerto ofrece la oportunidad de llegar al mar Negro, el mar Mediterráneo y el mar Caspio.

La empresa firmó tratados especiales con los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), con los del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con Turquía, con algunos países de los Balcanes y con la Unión Europea (UE).

«El estatus de zona económica libre en la que opera el puerto -especifica Von Tucher- se nos garantizó hasta 2030”.

“En base a los acuerdos que tenemos con las autoridades moldavas, se ofrecen grandes reducciones de impuestos a las empresas que desean aprovechar nuestros servicios o establecerse a través del alquiler en el perímetro del puerto”, puntualiza.

Todo apunta a que GIFP se establecerá como el principal hub de la región. Gracias a una profundidad de unos siete metros, pueden acceder hasta ahí embarcaciones tanto de mar como de río.

El acceso también es fácil para los camiones que vienen y van a los países vecinos. Los aeropuertos de Chisinau (la capital moldava), Bucarest (la capital rumana) y Odessa (una importante ciudad ucraniana) están a menos de 300 kilómetros de distancia.

Y algo fundamental: la estructura está equipada con vías férreas que llegan directamente a los vagones cisterna para la carga y descarga de la mercancía.

GIFP cuenta con cuatro terminales principales. El primero es para el petróleo, con ocho tanques con una capacidad total de 63 mil 600 metros cúbicos.

El segundo está destinado a aceites vegetales, con una capacidad de almacenamiento total de seis mil toneladas.

El tercero es para el trigo, con una capacidad total de almacenamiento de 50 mil toneladas. El cuarto y último, con un área de 20 mil metros cuadrados, está destinado a los contenedores.

«La mayor parte de los productos exportados en contenedores -concluye el director Von Tucher- son productos agrícolas. El 80 por ciento es trigo y se exporta sobre todo al Sudeste Asiático”.

Pero, precisa, “también hay otros productos que se exportan a América del Norte. Se trata sobre todo de vino y licores, en particular vodka, de los cuales Moldavia es un gran productor”.

“Se mandan muchos contenedores de vodka a los Estados Unidos. También exportamos a México. De hecho, tenemos 25 contenedores que serán transportados directamente allí”, manifiesta.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2