Con admiración y como un mexicano orgulloso, Gerardo Kleinburg, crítico y promotor musical, aseguró que aunque “a veces se nos olvida”, México es una auténtica potencia mundial del canto operísitco, que los cantantes demuestran todos los días en los principales escenarios del mundo.
“En mi opinión es de total admiración y orgullo, los cantantes mexicanos demuestran todos los días ante el mundo que México no solamente es cine”, expresó.
Destacó la tesitura que ha alcanzado mayor relevancia internacional con intérpretes mexicanos como la soprano María Katzavara, la mezzosoprano Guadalupe Paz, la soprano Rebeca Olvera, y una serie de figuras relevantes en el canto femenino.
Pero también calificó como “apabullante e increíble” la presencia de los tenores encabezados por Ramón Vargas, Javier Camarena, Rolando Villazón y Francisco Araiza, entre otros.
Kleinburg, quien también ha sido conductor y guionista de diversas series radiofónicas de música clásica y ópera, está convencido de que hablar del elitismo dentro de esta disciplina es completamente cosa del pasado, porque ahora está más al alcance del público, a través de transmisiones nacionales e internacionales que se realizan en las salas de cine en diversas ciudades del país.
“Sí hay público que de alguna manera asiste a la ópera, no como se desearía, pero si es marcada, se ha rejuvenecido y le puedo decir que a través de mi experiencia encuentro gente de toda índole, de todos los estratos socioeconómicos y sociedades involucradas con la ópera”, externó.
Durante varios años, dentro de su carrera profesional, ha impartido el curso “Hablemos de Ópera”, en el cual ha demostrado que éste género musical no es tan complicado y que no se necesita saber o estudiar mucho para poder disfrutarla.
Kleinburg comentó también que las conferencias le han dejado una experiencia creciente y muy favorable, porque cada vez se encuentra a más gente que demuestra interés por acercarse a la ópera, para entender su historia, por aprender sobre la vida y obra específica de diversos compositores.
“Me doy cuenta que muchas entidades federativas me llaman para hacer esos cursos y por supuesto una labor muy destacada de la UNAM, para la cual laboro en un proyecto de formación de públicos y donde justamente estoy permanente involucrado con acercar la ópera a los distintos campus universitarios y nivel preparatoria”, resaltó.
Como buen catedrático, hace una acotación a lo que significa la tradición operística mexicana, que ha seguido una trayectoria compleja donde ha tenido altibajos, aunque recordó en algunos momentos coyunturales internacionales, México se volvía un destino alternativo natural, como ocurría durante las guerras mundiales.
“Aunque en otras ocasiones era un destino que resultaba más seguro y más viable para los artistas, en la llamada época de oro de la ópera en México, durante los 50 y todavía en los 60”, subrayó.
El crítico y promotor musical expresó en la actualidad la ópera en México pasa por un buen momento, porque gracias a grandes voces mexicanas tiene una oferta más variada, más amplia, luego de que la producción operística estuvo durante muchas décadas limitada a lo que se hacía en el Palacio de Bellas Artes.
“Hoy por hoy tenemos además de la Compañía Nacional de Ópera de Bellas Artes, toda una serie de esfuerzos de los estados de la República mexicana que han enriquecido enormemente esa tradición de producción y de consumo operístico”, agregó.
Dentro de su larga trayectoria profesional, Gerardo Kleinburg ha sido también director de la Compañía Nacional de Ópera de México, del Festival Internacional Cervantino, de La Casa del Lago y del departamento de Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entre sus reconocimientos se encuentra el PEN Club Mexicano que le otorgó el Premio Gottlieb de Ópera Prima por Tríptico (tres actos en una ópera). En 1994 la revista Proceso lo nombró Crítico del año.
Ha incursionado en el periodismo como crítico, columnista en diversos diarios de circulación nacional y conductor de la barra de música clásica de Canal 22.
