La activista y soñadora mexicana Máxima Guerrero ha emprendido una nueva lucha para detener la estrecha relación de las autoridades de inmigración con el Departamento del Alguacil del condado Maricopa, en Arizona. Una colaboración que se ha perpetuado a pesar de la salida del controvertido sheriff Joe Arpaio.
El nuevo desafío de Guerrero es contra el actual sheriff, Paul Penzone, que irónicamente se posicionó como la cabeza del Departamento del Alguacil del condado de Maricopa (MCSO) gracias al trabajo de los activistas que se opusieron a la reelección de Arpaio.