Por: Alberto Cárdenas Camarena
Mientras a todos los mexicanos nos mantienen indignados, molestos, entretenidos y preocupados por lo incierto de lo que tendremos que enfrentar este 2017 ante el impacto inflacionario con la liberación del precio de las gasolinas, bautizado ya como GASOLINAZO, nadie ha visualizado, ni en la sociedad civil, mucho menos en el gobierno, lo que se nos viene encima con la deportación de migrantes que anunció el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Esta medida causará una serie de graves problemas sociales en México, principalmente por la demanda de servicios de todo tipo que harán quienes se integren de nuevo a sus familias mexicanas.
Cuando el gobierno encabezado por el neonazi Trump inicie las deportaciones de migrantes, quizá con los jóvenes no haya tanto problema, porque a estos les espera una forma de trabajo en el país y les será más fácil integrarse a sectores productivos. El problema será cuando se trate de migrantes de edad avanzada. Estos demandarán servicios médicos y no tendrán seguro social ni pensión; por lo que consumirán más servicios. Lo anterior presionará más a los jóvenes, los cuales cada vez son menos.
El costo social de la deportación será fuerte una vez que la población adulta vaya aumentando; los jóvenes tienen aún oportunidad de generar y crear una sociedad productiva. Mientras que en un corto plazo la pirámide de personas mayores aumentará, y en consecuencia se demandarán servicios médicos, geriátricos y de entretenimiento, entre otros, los cuales resultarán insuficientes ante el negro panorama actual.
Ahí se los dejo de tarea…
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