Los habituales ríos de gente por las calles del centro histórico de Ciudad de México se han convertido este septiembre en tímidos afluentes: hay aceras cerradas o limitadas y la venta de productos tradicionales del mes patrio se resiente. Solo los cubrebocas dan aliento a los comerciantes.
Estos vendedores ocasionales, que salen en el mes de la independencia para ofrecer banderas, sombreros, camisetas y todo lo relacionado con México, fueron desplazados por la pandemia de COVID-19 a la Avenida Juárez, junto al parque de la Alameda, un espacio más amplio que la habitual calle Madero.