Por: José Ángel Gutiérrez
Entre hoy y mañana, se prevé continúe la lluvia de renuncias “voluntarias” de funcionarios del gobierno federal en los Estados, como parte del proyecto de “reducción del gasto” planteado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Este fin de mes vence el plazo, principalmente para los delegados de las dependencias en las entidades federativas, quienes en días pasados ya fueron notificados de su destino. Se trata de un promedio de 67 delegados por Estado.
El gran alegato por parte de quienes tienen sobre su cabeza la Espada de Damocles, es que no se les ofrece espacio para negociar un finiquito y solo se les responde como el personaje de Qué nos pasa: “No hay”.
Este 31 de mayo habrá de concluir el proceso de renuncias en todo el país, para que asuma el control una sola persona por estado: los delegados de Programas Sociales de la Secretaría de Bienestar, conocidos también como los Super Delegados.
Este será el último capítulo de un recorte de personal que ya hubo en distintas dependencias, como sucedió en el SAT, el IMSS y el ISSSTE. Tan solo en el último se habla de 10 mil personas despedidas, según consignan algunas publicaciones.
Pero la incertidumbre ha alcanzado a otras dependencias como la Profeco, Sagarpa y Semarnat.
Todo este movimiento qué nos dejará?
1.- Por supuesto que -conforme han prometido- un importante ahorro.
2.- Esperemos que ligado a lo anterior, se vea un mejor aprovechamiento de los recursos en proyectos de infraestructura que beneficien a la población y se evite la tentación de un manejo discrecional de esos recursos, para beneficio político del grupo en el poder.
3.- No descartemos que se presenten casos en los que algunos delegados se nieguen a entregar su renuncia voluntaria, atendiendo a una justa -aunque para algunos incomprensible- demanda de que se les otorgue un finiquito o liquidación, conforme lo marca la ley.
4.- Atención especial merecerá el proceder de los Super Delegados, quienes podrían caer en la tentación de aprovechar su virreinato para beneficio propio y de sus allegados.
5.- Otro punto a considerar es que en efecto, se cumpla con congelar las plazas inútiles o que no tienen razón ser y que no nos salgan después con que las entregan a otras personas -de sus huestes- con el pretexto de que se justifica para dar al pueblo el servicio que se merece.
