Cuando supo que Estados Unidos abriría en noviembre su frontera con México, Natalie Montelongo pensó en su Texas natal, y en las familias que podrán reunirse finalmente. Cada vez que Joe Biden pide aprobar una baja pagada a nivel nacional, Rosie Hidalgo se acuerda de su madre, y de los trabajos que perdió por cuidar de sus hijos cuando estaban enfermos.
Las suyas son dos de las voces latinas que marcan el ritmo en la Casa Blanca de Joe Biden, donde hay un número récord de mujeres y de miembros de minorías que dejan su huella cada día en las salas donde se toman las decisiones.