Por: Carlos Reyes
México y todos los estados de la república estamos viviendo un proceso en el que la falta de coordinación política, la polarización y los discursos incendiarios entre los buenos y los malos, entre gobiernos victimizados y los victimarios se están traduciendo en decisiones públicas erróneas.
La falta de firmeza del gobierno federal ante el crimen organizado ha dejado lamentables resultados y al mismo tiempo se comienza a especular sobre infiltraciones en las corporaciones policiacas de muchos estados de la república, por ejemplo en Jalisco fue el mismo gobernador quien ha dado muy claramente el mensaje de que se giraron instrucciones contrarias a las decisiones del gobierno.
Otro ejemplo es lo acontecido en la CDMX, ya que fue una muestra muy clara de la efectividad y fuerza del crimen organizado, el atentado hacia el Secretario de Seguridad Ciudadana está dejando un precedente demasiado importante, porque esto es sin duda un desafío en el que el gobierno debe responder.
Uno más se da con la violencia suscitada en el municipio de Celaya, Guanajuato que dejó como saldo la detención de la mamá del Marro y que al día de hoy ya se encuentra en libertad por falta de pruebas, a pesar de que en la detención fueron asegurados más de dos millones de pesos y cerca de un kilo de sustancia con características de metanfetamina.
Este es el contexto de lo que la sociedad hemos tenido que enfrentar a causa de las malas decisiones públicas y la falta de firmeza de los gobiernos, porque en la realidad cualquier mensaje que nos puedan dar todas las mañanas o con videos en las redes sociales, no quiere decir que la realidad esté cambiando.
Lamentablemente estamos en un proceso de colombianización en el que hemos llegado a naturalizar la violencia a tal grado que los jóvenes en todas las latitudes son los que han sorteado para salir a protestar, a gritar y clamar justicia, a pesar de que hemos tenido cruentas historias de levantamientos y desapariciones forzadas.
Por lo tanto la gobernabilidad pierde a un paso acelerado su equilibro, porque a pesar de que exista el COVID-19, la sociedad está regresando a tomar los espacios públicos y salir a la calle a protestar por indefinidas causas, que son totalmente legítimas y es donde queremos ver a los gobiernos ocupados en resolver.
No se puede seguir gobernando a mano alzada ni con una democracia de cuates, donde únicamente hemos visto que todos los partidos y los políticos siguen siendo desgraciadamente lo mismo.
No queremos políticos que nos construyan calles, porque esas las hace quien sea, lo que queremos son gobernantes que tengan la capacidad para hacerlo y que se rodeen de un equipo que tenga la visión en el futuro, en el presente y que le den rumbo y ritmo a los gobiernos.
La gobernabilidad no está presente en los planes de ningún gobierno, únicamente vemos a gobernadores, legisladores y al propio presidente de la república utilizar su poco sentido común.
Nos falta aún hablar de las otras pandemias, las ocultas, las que se escondieron porque llegó la madre de todas el COVID-19
Es cuanto….
