Cada 12 de octubre, miles de fieles se congregan en Zapopan, Jalisco, para participar en una de las celebraciones religiosas más significativas de México: la Romería de la Virgen de Zapopan. Esta tradición, que ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2018, se remonta a más de tres siglos y representa un profundo lazo entre la fe católica y las raíces culturales de los habitantes de la región.
Orígenes y Evolución
La Romería comenzó formalmente en 1734, cuando se instauró la costumbre de llevar la imagen de la Virgen de la Basílica de Zapopan a la Catedral de Guadalajara, marcando el final de la temporada de lluvias y en agradecimiento por las cosechas. Sin embargo, la veneración a la Virgen de Zapopan tiene sus raíces en el siglo XVI, cuando los frailes franciscanos trajeron la imagen desde España para ayudar en la evangelización de los pueblos indígenas.
A lo largo de los años, la Virgen de Zapopan fue adquiriendo fama por los milagros atribuidos a su intercesión, especialmente durante épocas de sequías y calamidades. En 1821, la Virgen fue bautizada como «La Generala» y la tradición de la Romería se consolidó con la participación del ejército, las autoridades civiles y eclesiásticas.
La Romería en la Actualidad
Hoy en día, la Romería abarca un recorrido de aproximadamente 9 kilómetros desde la Catedral de Guadalajara hasta la Basílica de Zapopan. La imagen de la Virgen es llevada en procesión, acompañada por miles de fieles, danzantes, música, rezos y pirotecnia. Este evento no solo es una manifestación de fe, sino también una celebración cultural que atrae a visitantes de todo México y del mundo.
El atuendo de la Virgen, una obra de arte que representa la devoción del pueblo, es preparado con esmero cada año. En la edición 290 de la Romería, el vestido fue diseñado por Arturo Hernández, destacando la importancia de mantener viva esta tradición a través de los detalles.
Significado y Reconocimientos
La Romería de la Virgen de Zapopan es más que una celebración religiosa; es un símbolo de identidad para los jaliscienses. La UNESCO destacó esta manifestación cultural por su capacidad de fomentar la solidaridad, el diálogo y el respeto entre las comunidades.