Cinco días después del asesinato del fiscal antimafia paraguayo Marcelo Pecci en una playa de la isla colombiana de Barú, cercana a Cartagena de Indias, la Policía, apoyada por organismos de inteligencia de Estados Unidos, mantiene una intensa operación para tratar de identificar y capturar a los asesinos.
La Policía ha puesto énfasis en la importancia que tienen «las primeras» horas luego de cometido el crimen y por eso dispuso veinte puestos de control por toda Cartagena, el principal destino turístico de Colombia, que se vio sacudido por el crimen de Pecci, quien disfrutaba en Barú de su luna de miel con su esposa, la periodista Claudia Aguilera.