No se trata de un trastorno de identidad, en realidad nuestra personalidad cambia dependiendo del idioma que estemos hablando.
A través de estudios se ha investigado si existe un cambio en el comportamiento al aprender un nuevo idioma y a qué se debe; estos demuestran que existe una relación entra la interacción cultura y el yo.
Al parecer todo es cosa de contexto. Por ejemplo, cuando se comienza a hablar un idioma es común que el estudiante conozca detalles de la cultura de donde se habla. Al momento de escuchar un lengua distinta a la nuestra asociamos los sonidos a valores o formas de ser comunes del país en cuestión.
De acuerdo con Quartz, tiene sentido que la forma en la que vemos a las otras culturas afecte a la forma en la que hablamos, sobre todo el efecto es más notorio con las personas biculturales —y por lo tanto bilingües— quienes tienen «una base sólida en múltiples culturas».
El sentido de identidad como hablante de cualquier idioma también dependerá de la forma en la que se adquirió la nueva lengua. De nuevo el contexto aparece, ya que si viajas a Estados Unidos para aprender inglés la percepción del país influirá en cómo te sientes cuando lo pongas en práctica.
En ambos casos sucede lo mismo. Sin embargo, el segundo es mucho más cercano y menos propenso de agregar falsas creencias o estereotipos.
Las personalidades también pueden cambiar dependiendo de cómo reacciona la gente con la que estamos interactuando. Carolyn McKinney, profesora de estudios del lenguaje, explica que la forma en la que impacta la percepción que tienen los demás sobre uno mismo se proyecta en la personalidad.
¿Te has dado cuenta que eres distinto cuando hablas en otro idioma?
